Ana de Lara, Fernando Calvo y Nerea Lazpiur, en el Coliseo, tras la presentación del documental. A. E.

«El ser humano es un intruso en el fondo marino»

Cimasub ·

El documental 'Tres faros', de Fernando Calvo, Nerea Lazpiur y Xabier Urreisti, muestra la extraodinaria biodiversidad de los espacios marinos protegidos

Martes, 19 de diciembre 2023, 00:19

El festival de submarinismo Cimasub, celebrado la pasada semana, ha permitido conocer el estreno en Eibar del documental 'Tres faros', del grupo Olatua, Itsasoa eta Natura, del eibarrés Fernando Calvo y de sus compañeros de buceo Xabier Urresti y Nerea Lazpiur.

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A lo largo de ... dos años y medio, el grupo de submarinistas ha trabajo en la producción de un trabajo único, de 37 minutos de duración, realizado en las reservas marinas de las islas de Columbretes (Castellón), Cabrera (Baleares) y Cabo de Palos (Murcia). Sus inmersiones en dichas reservas se realizaron en apnea (pulmón libre) en las dos primeras, y con botella en Cabo de Palos.

A bordo del velero 'Olatua', cuyo capitán era Xabier, tanto Nerea como Fernando han podido plasmar todo lo que habían recordado de sus singladuras por el fondo marino. «Llevamos mucho tiempo buceando juntos y queríamos transmitir lo que habíamos conocido en las tres reservas», decía Fernando.

Por su parte, Urresti describía cómo los lugares protegidos tenían una vida «inconmensurable». Nada comparado con las aguas libres. «La vida que veíamos en el fondo marino era maravillosa». En este sentido, Calvo destacaba la capacidad de recuperación del mar. «Si vas a un sitio protegido, comprobarás el bullicio de vida frente a otros sin protección. Su capacidad de recuperación es increíble».

«Si vas a un sitio protegido, comprobarás el bullicio de vida. Su capacidad de recuperación es increíble»

En el propio documental, el biólogo Diego Crispín hablaba de la recuperación del mar, siempre y cuando se llevasen a cabo políticas de sostenibilidad.

La autorización de inmersión, que solo se otorga a los centros de buceo, concedía el privilegio a estos submarinistas de ver paisajes únicos. No obstante, además de poder ver paisajes marinos muy bellos, también querían denunciar los «atropellos» que sufría el mar «producto de la contaminación, los residuos, la pesca o el cambio climático».

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Sin embargo, la sorpresa de los submarinistas guipuzcoanos es que su grabación se desarrolló en unas reservas marinas de interés pesquero como Cabo de Palos o Columbretes, las cuales se habían creado para proteger la pesca y las especies comerciales. «Pensábamos que era para protegerlas de todo. Y se habían creado por interés pesquero con un resultado positivo para la fauna». De hecho, los pescadores que aparecen en el documental señalan que «nosotros somos los principales interesados en perpetuar los caladeros de los que vivimos». Y, es que el propio documental quería mostrar una especial sensibilización «para tratar de conservar y proteger el mar y también de transmitir el interés de perpetuación a futuras generaciones».

Pese a que les une el mar, sus profesiones están en tierra. «Hemos aprovechado los puentes, vacaciones y días libres para bucear y sacar material. Nuestras vacaciones están enfocadas al buceo», expresó Fernando Calvo, que hacía ver que «el ser humano es un intruso en el fondo marino. Las especies se defienden y nos avisan de que estamos en territorio ocupado y nos piden respeto y distancia. Somos ajenos a ese mundo», decía mientras recordaba cómo había sufrido el ataque de un sabirón. «No obstante, en general, los ecosistemas dentro de la reserva marina están bien conservados. Nada más meter la cabeza dentro del agua se ve claramente la pureza del mar. En otras no se puede ver. Lo que hacemos a nivel personal repercute a nivel global. Si hacemos un poco, va a tener su repercusión positiva».

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El documental muestra así la historia de tres personas que ya cumplieron los 50, pero que miran la mar con ojos adolescentes. Se les puede considerar discípulos y admiradores de Félix Rodríguez de la Fuente y Jacques Cousteau. Son amantes de la tierra y la mar, la gastronomía y la buena vida. Un día, sentados alrededor de una mesa, tras saborear un revuelto de hongos, un bacalao al pil-pil y varias botellas de txakoli, se vinieron arriba y se convirtieron en documentalistas científicos, asambleístas y buceadores dejando plasmado, para siempre, un documento que conciencia a cualquiera de la gran importancia de conservar el mar, el 70 % de la superficie del planeta Tierra.

Grandes trabajos

Con una emocionante programación que deslumbra a los amantes de los océanos y la naturaleza, el Coliseo se convirtió, durante tres días, en el epicentro de un festín visual submarino. Con el eslogan 'Construyendo un futuro azul', el Cimasub transmitió la esencia de un compromiso con el océano y su sostenibilidad. Este evento va más allá de la mera exhibición de la belleza de los océanos y enfatiza la importancia de preservar este ecosistema crucial para la vida en la Tierra, simboliza un recordatorio de que la humanidad tiene la responsabilidad de proteger y restaurar nuestros océanos para las generaciones venideras. Gracias a la colaboración del Club Deportivo Eibar, ha conseguido, en medio de mucho público, reforzar la idea de que la construcción de un «futuro azul» implica la formación de nuevas generaciones que valoren y cuiden nuestros mares.

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