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Una vez más, el monolito de Agustín Ibarrola fue ayer testigo mudo del sentido homenaje de Ermua a sus dos vecinos asesinados por ETA, Sotero Mazo (1980) y Miguel Ángel Blanco (1997).
Este acto institucional, en memoria de ambas víctimas, contó con ediles de todos los grupos políticos municipales, salvo el PP, y familiares de ambas víctimas, que estuvieron acompañados por el vicelehendakari segundo del Gobierno vasco, Mikel Torres; la consejera de Justicia y Derechos Humanos, María Jesús San José; el director del Instituto para la Memoria, Alberto Alonso, y la subdelegada del Gobierno en Álava, Mar Dabán, entre otras autoridades.
El alcalde de Ermua, Juan Carlos Abascal, agradeció a todas las personas asistentes su presencia en un acto «que pretende contribuir, desde la memoria, a la reparación de las víctimas» y que «representa la pluralidad y la diversidad de los vecinos y vecinas de Ermua, independientemente de lo que piensen, de lo que sientan y de lo que voten». Asimismo, agradeció a la ciudadanía de Ermua que participó en las movilizaciones de 1997 «por ser protagonistas activos de la lucha por la democracia y la libertad».
El primer edil hizo hincapié en continuar con este «ejercicio de recuperación de la memoria para acercar esa realidad a las nuevas generaciones para que no vuelva a suceder».
El acto concluyó con una ofrenda floral, de todas las personas presentes, en memoria de Miguel Ángel Blanco y Sotero Mazo.
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