Un encuentro casual en Madrid llevó a los Orbea a fabricar revólveres
Historia ·
El intercambio de una 'Lefaucheus' por una 'Smith & Wesson' en una armería madrileña impulsó a la familia fundadora de la empresa de bicicletas a fabricar armasSecciones
Servicios
Destacamos
Edición
Historia ·
El intercambio de una 'Lefaucheus' por una 'Smith & Wesson' en una armería madrileña impulsó a la familia fundadora de la empresa de bicicletas a fabricar armasSegún apuntes del que fuera director de la Escuela de Armería, Julián Echeverria, la fabricación de armas por parte de la hoy firma de bicicletas Orbea fue producto de un encuentro casual.
Corría la época de la Guerra Carlista, de 1870 a 1875, cuando se ... conocía la existencia, en Madrid de una armería, cuyo propietario se llamaba Lucas, 'Lucachía'. Cierto día se encontraba en esta armería el famoso fabricante eibarrés Ignacio Ibarzábal, cuando se presentó un indiano pidiendo cartuchos para un revólver americano 'Smith & Wesson'. Como no se conocía este revólver en España, no pudo servirle Lucas, ofreciéndole, a propuesta de Ibarzábal, un cambio de este revólver por otro, 'Lefaucheux', que entonces era muy popular, con sus cartuchos de aguja, «invento Lefaucheux».
Aceptado el cambio Ibarzábal trajo a Eibar consigo el revólver central 'Smith & Wesson' de acción simple.
También se hallaba en Madrid Mateo Orbea, quien posiblemente fuera socio de Lucas. El caso es que el famoso revólver llegó finalmente a la familia Orbea, y Mateo, junto con sus dos hermanos, Juan Manuel y Casimiro, fundaron la no menos famosa armería, bajo el nombre de 'Orbea Hermanos', para dedicarse a la explotación de este modelo.
Así inspirados en el 'Smith & Wesson', en 1883, los Orbea consiguieron una patente (nº 3813) para su primer arma de diseño propio: el revólver ONA (de doble acción, seis tiros, calibre 44, construido en siete modelos hasta 1888). Desde esta fecha, fin de la segunda Guerra Carlista, y durante 60 años, los modelos de revólveres de la Casa 'Smith & Wesson', de Springfield, fueron la principal base de la industria armera de Eibar.
No obstante, las tradiciones armeras de la familia Orbea y de la villa de Eibar estaban ligadas desde al menos 1538, cuando Juan de Orbea recibió el encargo de fabricar 15.000 arcabuces. Aunque carecían del privilegio para introducirlo en España, los Orbea empezaron su actividad produciendo el revólver (de cartucho de espiga) inventado y patentado en París y Londres (1854) por el armero francés Eugène Gabriel Lefaucheux (1832-1892). En 1863 y 1864, obtuvieron respectivamente dos privilegios quinquenales (nº 2729 y nº 2877) para fabricar en España armas de procedencia belga (carabina Gaubert y revólver Deprez). En 1864, recibieron su primer gran pedido: 4.000 revólveres Kerr (de origen británico) para el Ministerio de Marina. En 1867, la empresa fue contratada por el Ejército para la renovación de sus fusiles y carabinas por medio del cierre de charnela inventado ese año por el ingeniero militar norteamericano Hiram Berdan (1824-1893). A finales de la década, ya eran los principales armeros eibarreses (con 50 operarios), gracias a una oferta (también de escopetas de caza) en distintas calidades, desde la estandarizada carente de adornos hasta la profusamente decorada con grabados ornamentales, damasquinados y metales preciosos) y asimismo a una cuidada elaboración de las armas a consecuencia de haber introducido innovaciones como el sistema Chastaing de pulimentado mecánico (1864) y el niquelado por galvanoplastia (1867).
En 1873, durante la III Guerra Carlista (1872-1876), los Orbea suministraron 150 carabinas Remington al Batallón de Voluntarios de la Libertad organizado en Eibar para hacer frente a las tropas absolutistas, pero éstas ocuparon la villa a finales de ese año y los Orbea tuvieron que abandonarla, no regresando hasta 1876.
En esa fecha, recibieron un privilegio (nº 5579) para fabricar en exclusiva (hasta 1881) los revólveres del modelo 3 patentado (entre 1860 y 1869) por los norteamericanos Horace Smith (1808-1893) y Daniel Baird Wesson (1825-1906). En 1881, fabricaron sin licencia el revólver norteamericano Merwin, lo que les valió un pleito de Anitúa y Charola, sus competidores eibarreses y legítimos fabricantes del arma en España. En 1890, la compañía fue la primera fábrica eibarresa en disponer de energía eléctrica. Un año después, cambiaba su razón social por la de Orbea Hermanos y Compañía. En 1894, empleaba a 105 operarios y construía 50 pistolas diarias. En 1897, la firma se transformó en sociedad comanditaria con el nombre Orbea y Compañía y abordó también la producción de cartuchos (con un volumen diario de 20.000 unidades).
En 1906, la empresa tenía 406 trabajadores, y era la principal fabricante española de armas cortas (exportando el 90 %) y también comenzó a elaborar objetos de nácar (botones, gemelos) valiéndose de la pericia de sus culateros. En 1907, estableció en Buenos Aires una filial dedicada a la producción de cartuchería (con 60 operarios y 70.000 unidades diarias).
En 1910, la empresa de Eibar ampliaba sus instalaciones con nuevos talleres. En 1912, abandonaba la producción de cartuchos a causa del monopolio detentado por Unión Española de Explosivos (UEE), pero con la I Guerra Mundial (1914-1918), la demanda de sus productos se incrementó, llegando a exportar más de 72.500 armas, por lo que tuvo que edificar un nuevo pabellón de maquinaria y fundición.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.