Un documental mostrará el origen de la Casa del Pueblo de los socialistas eibarreses

La proyección se abre con una descripción del Eibar antiguo, que destacó pronto en la fabricación de armas; producción que alcanzó su esplendor a finales del siglo XIX. En estas fechas, Eibar era un villa liberal y fabril y los militantes socialistas participaban en el II Congreso del PSOE, celebrado en Bilbao, en agosto de 1890. Sin embargo, hubo que esperar siete años para constituirse como agrupación local en Eibar.

El momento favorable fue con motivo de los actos convocados por la huelga obrera en la fábrica que suministraba los revólveres y escopetas a la Casa Quintana y Hermanos, en México. De esta manera el 29 de Agosto de 1897 se creó la Agrupación Socialista de Eibar, con José Beascoechea como presidente y Pedro Chastang, vicepresidente; Gregorio Aransolo secretario, Antonio Larrarte, tesorero; Mateo Aristondo, contador; y como vocales Marcelino Bascaran, Ignacio Echeto, Máximo Ruíz y Félix Ladichate. El domicilio de Beascoechea fue la dirección postal para recibir la correspondencia y las notificaciones.

Aparecía un socialismo, el eibarrés, influenciado por el socialismo bilbaíno, aunque mantuvo su propia idiosincrasia, caracterizada por el internacionalismo y vinculado a rasgos distintivos de identidad vasca, como el euskera; además de ser flexible con el concepto de nación vasca.

Desde sus inicios tuvo una afiliación considerable y su reputación se ha mantenido tanto en Gipuzkoa como en Euskadi.

En enero de 1901 se publicó 'Adelante', órgano de expresión de la Agrupación y de las sociedades obreras. La representatividad política municipal llegará en 1904, con Esteban Barrutia como concejal del Ayuntamiento. En 1909 Aquilino Amuategui sería concejal. Hasta 1920, el número de concejales socialistas oscilará entre tres y cuatro, será en abril de este año cuando los votos se decantaron por las candidaturas socialistas y republicanas, eligiendo alcalde de Eibar a Alejandro Telleria Estala; destituido por permitir sellar con el sello de la Alcaldía una hoja titulada 'Atiende, obrero' publicada por la Juventud Socialista en contra del Ejército en la Guerra con Marruecos. Fue sustituido por Marcelino Bascaran.

En estas dos primeras décadas, el socialismo avanza en Eibar, prueba de ello es la presencia ya en 1904 de las Juventudes Socialistas de Eibar y en 1913 el Grupo Femenino Socialista.

La agrupación fue consciente de su relevancia y de la importancia de tener un espacio físico donde impulsar su ideario. Por ello en 1909 establecieron la primera Casa del Pueblo de Eibar en la calle Bidebarrieta. Aunque pronto debió quedar pequeña, porque tres años más tarde se plantearon la construcción de una de nueva planta.

En mayo de 1912, Marcelino Bascaran Larreategui, presidente Ejecutivo de la Nueva Casa del Pueblo de Eibar, tramitó en el Ayuntamiento del citado municipio la licencia de construcción en la calle Alfonso XIII, actual Plaza Unzaga. Un mes más tarde, el 2 de junio de 1912, la fiesta republicano-socialista comenzó con la colocación de la primera piedra de la Casa del Pueblo, a continuación hubo un mitin en la Plaza de Toros, donde intervinieron oradores como Melquiades Álvarez, Castro Casal, Indalecio Prieto y Horacio Echevarrieta.

La Casa del Pueblo, inaugurada el 29 de Octubre de 1916 fue propiedad de las corporaciones obreras, y se convirtió en la más significativa de Gipuzkoa, seguida de Tolosa y Errenteria. En su interior la agrupación programó mítines, congresos, conferencias políticas, veladas literarias y musicales, actividades de formación y de defensa de los intereses de los trabajadores. Asimismo, incitaban a la solidaridad con colectas económicas en apoyo a los huelguistas. Tampoco se puede olvidar, la iniciativa socialista en el proyecto del refugio Tomás Meabe en el monte Kalamua.

Entre los asistentes a la Casa del Pueblo destacaba Toribio Echevarria que explicaba que «los socialistas desayunábamos en Eibar con 'El Liberal' de Bilbao, los republicanos hacían lo mismo con 'La Voz de Guipúzcoa'. Y así como unos nos inspirábamos en Bilbao, donde las luchas sociales eran reñidas, los otros padecían las influencias de San Sebastián, donde el republicanismo tenía cierta raigambre y figuras ejemplares de tipo euskaldun, patriarcas de fuerismo y doctrinarios de autonomía y de federación».

Finalizada la guerra, el régimen franquista incautó las propiedades de la Agrupación, los socialistas fueron procesados, encarcelados y exiliados. Se impuso un tiempo de silencio, sin embargo, en el exilio interior la resistencia socialista a la dictadura se estructura y en la vida cotidiana se cuidan y trasmiten sus principios y valores. Así, los socialistas eibarreses acogieron a los compañeros llegados de Francia de forma clandestina, fueron enlaces con los militantes vizcaínos, repartieron propaganda, recogieron suscripciones económicas, celebraban y celebran el día de la República, pasearon con un clavel rojo por la plaza el 1 de mayo. Participaron en los funerales laicos oficiados en las madrugadas clandestinas hasta el funeral civil autorizado de Marcelino Bascaran en 1952.

Benigno sustituirá a su padre Marcelino en los enterramientos civiles, materializados en mítines improvisados para propagar y mantener los ideales socialistas. Además, se reunían en sus domicilios para planificar las líneas de acción de oposición al franquismo, a la par que se juntaban con otros grupos políticos desafectos al régimen, en los montes de los alrededores. En esta época pasarán por Eibar: Antonio Amat, Luis Martin Santo, Ramón Rubial, Enrique Mujica, Felipe González, Alfonso Guerra, Ramón Jauregui, Maturana, Txiki Benegas…

Muerto Franco, se recupera la Casa del Pueblo como espacio socialista. Se retoma la vida política, donde recordar cómo el frontón Astelena de Eibar acogió el primer mitin del PSOE en España desde la Guerra Civil.

Fue el 15 de febrero de 1976, un domingo frío y gris. Más de 7.000 personas abarrotaban el recinto deportivo. Muerto el dictador, volvían a escucharse en público los gritos de 'Socialismo y Libertad'.