El Día de la 'amatxo' deArrate contó con mucho público que llenó el santuario y las campas para seguir los actos programados, en donde el sol y el fuerte calor fueron protagonistas de la animada jornada
La celebración, en viernes, de la festividad de la Virgen de Arrate y la puesta en marcha de un servicio gratuito de autobuses atrajeron a miles de personas al barrio rural, con un público más adulto que el de la noche en el que los ... más jóvenes disfrutaron de la gaupasa. Con los buses puestos al servicio en todo momento, no hay excusa para no ir a Arrate. Y eso que el sol picante hizo acto de presencia transcurrida la mañana, lo que animó a muchos a acudir hasta el alto a pie, mientras que otros lo hacían en coche o en el citado bus. Hubo largas colas en la calle Toribio Etxeberria, pero todo el mundo aguantó la espera y valoró positivamente el servicio gratuito. «Antes era un problema si tenías que traer a una persona mayor por tener que movilizar el coche y después encontrar aparcamiento. Es muy cómodo subir en bus gratuito», decían los usuarios del servicio.
Los que fueron a pie por el camino de Azitain pudieron disfrutar de chorizo y vino en la fuente de Zestero. Ya en Arrate, en la misa mayor en el Santuario no cabía ni un alfiler. Además, la kalejira de la Banda de Txistularis y la actuación de los trikitilaris Jainaga y Narbaiza amenizaron el entorno festivo de la campa de Arrate, al igual que los bertsolaris Telleria y German Meabebasterretxea y la 'Kittonbolia' que estuvo repleta de público, dados los premios que se otorgaban. En el santuario, la misa mayor esperaba a txistularis, bertsolaris y trikitilaris, con una impecable actuación del Coro Parroquial y especialmente de los dantzaris de Kezka, que ofrecieron una primera ezpata dantza con una solemnidad única.
La actuación de Kezka continuó en la procesión que se celebró tras la misa tomando el camino a la cruz, en donde los dantzaris volvieron a darlo todo. Todo el grupo acompañó a la procesión cobrando un notable protagonismo en la fiesta, con hombres y mujeres ataviados con la misma vestimenta, ya que las danzas de Arrate son bailes que no presentan diferenciación de género ninguna. La actuación de estos dantzaris hizo que la exhibición con las espadas fluyera con vistosidad.
Durante el mediodía, los participantes en la fiesta se repartieron por la campa y visitaron las siete txosnas instaladas por diferentes colectivos eibarreses. No se pierde la tradición de comer en las mesas de la campa, ya que todas ellas estaban ocupadas con mucho tiempo de antelación. Allí estaba la familia Fernández Díez, naturales de Burgos, pero con una permanencia en Eibar de más 50 años. «Antes subíamos a Arrate con garrafón, pero teníamos que echarle algo dulce para reducir la graduación. Ha cambiado mucho la fiesta, pero no faltamos nunca», decían los hermanos burgaleses.
Se programaron numerosas actividades por la tarde, cuando se pudo disfrutar con una nueva actuación de los bertsolaris Telleria y Meabebasterretxea, el campeonato de bolos Hiru Txirlo organizado por la Sociedad Asola Berri, el concurso de baile al suelto, con la participación de diez parejas (por invitación), cinco de mayores y otras cinco de menores de 15 años, y la verbena a cargo de Mugi Panderoa. Ya por la noche, hubo sesión de DJs.
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