El tigre

No hace falta ser conspiranoica para abrigar la sospecha de que las paradójicas y contradictorias decisiones en torno a la administración de una segunda dosis de AstraZeneca entrañan un misterio y un oscurantismo cósmico que raya la ciencia ficción... Por no decir, la tomadura de ... pelo. Recuerdo haber visto 'Ad Astra' y haber quedado maravillada, a la par que un tanto confusa, porque hubo secuencias sublimes en las que no me enteré de nada. Ahora me pasa exactamente igual con la vacuna que recibí hace tres semanas. La película podría titularse 'Ad AstraZeneca' y lo mismo que el astronauta Roy McBride (Brad Pitt) me siento orbitando los límites exteriores del sistema solar en busca, no ya de un progenitor perdido, sino de una explicación coherente que me demuestre que todavía hay vida inteligente en algún exoplaneta, porque lo que es en este, y para el tema concreto de esta vacuna, ya veo que no.