I.J.
Lunes, 11 de diciembre 2023, 09:51
Que tire la primera piedra el que no haya metido la pata por un despiste. Eso sí, hay equivocaciones y equivocaciones. Y la que cometió Tania Llasera este fin de semana es bastante gorda. La popular presentadora de televisión getxotarra se dispuso a echar gasolina ... a su coche, un gesto tan habitual que los conductores lo hacen con el, y nunca mejor dicho, piloto automático. Eso sí, se trata de un error que puede ser fatal y la comunicadora lo ha podido comprobar de primera mano.
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La también exconcursante de 'Masterchef Celebrity' ha querido compartir este sonrojante momento con sus casi 800.000 seguidores en Instagram a través de sus stories. «Le he metido la gasolina incorrecta al coche y nos hemos quedado tirados en Zaragoza», confiesa la presentadora para ilustrar la foto de sus dos hijos rodeados de maletas en plena calle. Como es bien sabido, la equivocación del tipo de carburante a la hora de llenar el depósito del vehículo inutiliza el motor, por lo que es necesario llevarlo a un taller para arreglar el desaguisado.
¿Y cómo terminó la odisea para Tania Llasera y sus vástagos? Pidiendo un taxi para que les llevara a Madrid. «La lección para mis hijos: los alumnos también la cagan y es importante reírse», escribe en otra storie mientras se graba un vídeo como si fuera un grinch utilizando uno de los innumerables filtros de Instagram, lo que demuestra el buen humor del que suele hacer gala la presentadora de televisión tanto en los momentos buenos como en los malos.
Finalmente, Tania Llasera y familia llegaba ya de noche a Madrid tras soportar «tráfico, retenciones, niebla y lluvia», describe en otra storie acompañando a un vídeo de su paso motorizado por las calles de la capital. Y todo ello con «los niños preguntando ¿cuando llegamos?», suponemos que cada cinco minutos, algo habitual cuando se viaja con los reyes de la casa.
Lo peor fue que tanto la comunicadora como sus hijos estuvieron «sin poder comer en el taxi. Ni hemos comido». Por ello, lo primero que iban a a hacer, una vez que por fin estaban a punto de llegar a casa, era pedir algo para cenar. Y después, tocaría irse pronto a la cama para poder descansar de un día tan ajetreado. Y todo por una equivocación a la hora de echar la gasolina, un error que es más habitual de lo que parece entre los conductores.
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