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elcorreo.com
Jueves, 21 de diciembre 2017, 16:59
El estado de salud de Salvador Sobral ha vuelto a sufrir un revés. El ganador del último certamen de Eurovisión, que recibió un trasplante de corazón el pasado 9 de diciembre, ha vuelto a la UCI tras sufrir un fallo renal. «Hubo algunos ... contratiempos en estos últimos días, no obstante, la situación está estabilizada», asegura una fuente cercana al músico.
Este confidente cuenta que en los últimos días el artista ha sufrido «problemas en el sistema urinario y en los riñones». Sin embargo, todo parece indicar que la situación ha conseguido estabilizarse por el momento gracias a una medicación que le fue suministrada. No queda claro si Sobral pasará o no las Navidades fuera del centro hospitalario en el que está ingresado en Lisboa. Sin embargo, y dada las últimas noticias, los médicos explican a la prensa que «aún es pronto para poner una fecha al alta puesto que la situación es muy delicada y no es bueno arriesgar».
Desde que Salvador Sobral anunciara el pasado 4 de septiembre, en su cuenta de Facebook, que iniciaba una pausa en su actividad musical para «entregar el cuerpo a la ciencia», miles de admiradores en su país y en toda Europa aguardaban con preocupación novedades sobre el estado de salud del cantante portugués. Cuatro días después de aquella comunicación, el intérprete ofrecía en Estoril un último concierto, multitudinario y gratuito, antes de cancelar todos sus compromisos de forma indefinida.
La espera ha sido larga desde entonces. Desde mucho antes para él y su familia, en realidad. Y a partir de mayo para sus fans, cuando el mundo conoció que el hombre de aspecto y entonación tan delicados que acababa de regalar a Portugal su primer triunfo en Eurovisión con una actuación conmovedora, padecía una severa insuficiencia cardíaca y se encontraba a la espera de un transplante. Corazones encogidos y almas en vilo por la frágil figura que reinó en el concurso con una letra –'Amor pelos dois', 'Amor por los dos'–, una melodía y una declamación completamente desusadas en un certamen que gira sobre la extravagancia y el histrionismo.
Desde ese mismo mes de septiembre, Salvador Sobral, lisboeta de 27 años, ha permanecido ingresado, en reposo absoluto, en vigilancia permanente y enchufado a una máquina que ha actuado de corazón artificial. Hasta la tarde del pasado 9 de diciembre, cuando al Hospital Santa Cruz de Carnaxide, en la capital lusa, llegó un corazón compatible que le fue trasplantado al cantante «con éxito». Cuentan los sanitarios que lo último que hizo Sobral antes de la operación fue desear suerte a los cirujanos y pedir que en el quirófano sonara música clásica durante la intervención.
El pasado día 15, el joven cantante abandonó la sección de cuidados intensivos y se recuperaba en el área de trasplantados. El paciente «se encuentra bien y evoluciona dentro de lo esperado», señalaba entonces un portavoz del centro, que confiaba en que el artista «podrá llevar una vida normal si todo va bien». Este jueves, el estado de salud de Salvador ha vuelto a sufrir un revés.
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