![Una española hace saltar la alarma de incendios al calentar una pizza en Sidney y ahora recauda dinero para pagar a los bomberos](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/08/29/pizza-bomberos-k1t-U2201096689082Zh-1200x840@El%20Correo.jpg)
![Una española hace saltar la alarma de incendios al calentar una pizza en Sidney y ahora recauda dinero para pagar a los bomberos](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2024/08/29/pizza-bomberos-k1t-U2201096689082Zh-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Natalia Álvarez se fue a vivir a Sidney, Australia, hace un año en busca de nuevas experiencias, pero seguramente no se esperaba protagonizar una anécdota como esta. La joven llegaba a casa de trabajar y lo único que tenía en la nevera era un trozo de pizza. Lo metió al microondas y programó ocho minutos. Empezó a salir humo y saltó la alarma de incendios.
«Intenté comunicar que no había pasado nada, que no había heridos, pero los bomberos ya estaban en camino», explica la joven, que en ese momento no sabía lo que se le venía encima. Desalojaron a todos los vecinos de un edificio de doce plantas. El despiste le ha salido caro y ahora tiene que pagar un total de 1.500 euros por el desplazamiento de los bomberos y las molestias causadas a los vecinos. «Tenía que haber estado pendiente de ir abriendo el microondas para ver cómo estaba la pizza. Ya está aprendida la lección», reconoce.
Adivinad quién poniendo una pizza en el microondas hizo saltar la alarma de incendios y debe 1500€ a los bomberos de Sidney 🙂🙂🙂 me quiero morir 🙂🙂🙂 pic.twitter.com/6AE3yJ8TUq
— Natalia Álvarez (@Natalia_Who) August 27, 2024
Cuenta que ha estado «unos días llorando» y que lo ha pasado mal. «Me he dejado casi todos mis ahorros en venir, y no sé cómo voy a pagar esta broma», explica. A pesar del disgusto, ha decidido darle un toque de humor a lo sucedido y ha creado un crowdfunding para que la gente le ayude a pagar la abultada suma.
Bajo el título 'Ayuda a una desgraciada pirómana', acumula ya 973 euros. «Si cada español pone un euros, seré capaz de volver a España sin deber tres órganos y medio a el cuerpo de bomberos australiano», escribe. «Cualquier ayuda es bienvenida, y trabajo también. No me pongáis a trabajar en ninguna cocina porque ya vemos lo que pasa», finaliza.
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