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Rocío, en la boda de su padre con Raquel Mosquera en 1996. EFE
Rocío Carrasco y «la semilla del mal» que sembró su exmarido en sus hijos

Rocío Carrasco y «la semilla del mal» que sembró su exmarido en sus hijos

En la última entrega de su documental, desgrana las vivencias que tuvo con su padre y sus vástagos tras la separación de Antonio David Flores

joaquina dueñas

Viernes, 9 de abril 2021, 00:31

A pesar del traslado de la emisión de 'Rocío: contar la verdad para seguir viva' a la noche de los miércoles, el formato sigue cosechando éxitos, alcanzando más del 25% de 'share' y desbancando a su competidora más directa. En el último episodio, Rocío Carrasco continúa desgranando sus trágicas vivencias tras la separación de Antonio David Flores, padre de sus dos hijos, Rocío y David, y ofrece más detalles sobre la relación con sus familiares. Especialmente, sobre el último encuentro que tuvo con su padre, Pedro Carrasco, poco antes de su fallecimiento.

«Todo lo que se dice sobre esa reunión es mentira», asegura y afirma que en aquel encuentro celebrado una Navidad «mi padre terminó pidiéndole perdón a Fidel y pidiéndome perdón a mí, diciéndome que me quería y que se había equivocado».

Una versión absolutamente contrapuesta a la que habíamos escuchado antes por parte de la viuda del boxeador, Raquel Mosquera, que siempre ha sostenido que cuando su marido falleció, padre e hija no se hablaban. Ahora no duda en mantenerse en su postura contestando a las palabras de Rocío: «No tengo miedo a nada porque la verdad solo tiene un camino». «Mi conciencia la tengo muy tranquila», añade una Raquel muy afectada.

Rocío Carrasco vivía entonces con su pareja, Fidel Albiac, y con sus hijos, y detalla cómo desde muy pronto su exmarido se dedicó a sembrar «la semilla del mal» para hacer nacer el odio contra la madre en sus pequeños. Algo que, según relata, se terminó reflejando en terrores nocturnos de su hija, que empezó a no querer dormir sola y con la luz apagada. «Aprovechaba los fines de semana para seguir enturbiando la mente de esos dos niños», se lamenta.

Trama de desprestigio

Rocío Carrasco denuncia una compleja trama de desprestigio hacia ella y hacia su pareja en la que Antonio David la habría hecho sentir aterrorizada y habría querido aislarla. Un plan para cumplir la amenaza que ella misma relataba en el episodio cero de quitarle a sus hijos y que incluía propagar su imagen de mala madre, desprestigiar a su compañero sentimental y manipular a los niños. Tanto es así que llegan a imputar a Albiac de maltrato físico hacia ella.

Sin embargo, quien lo hace no es el padre de los menores sino una niñera, Irma González. La historia comienza cuando la empleada confiesa arrepentida que Antonio David le había ofrecido dinero a cambio de que fuera a un programa de televisión y al juzgado para acusar a Fidel.

Y aunque en un principio parecía que no había sucumbido a la oferta, una vez que dejó de trabajar para ella terminó realizando unas declaraciones inculpatorias en una publicación del corazón. «En esa revista le dicen que ellos no pueden publicar semejante cosa si no hay una denuncia por medio. Así que va al juzgado de Alcobendas y pone una denuncia, que se archiva a las dos horas». Es entonces cuando descubre la situación: «Veo que va a por todas y que va a hacer cualquier cosa. Es una actitud mafiosa», apostilla.

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