El reencuentro de los reyes eméritos en la boda de Hussein de Jordania

Desde que el emérito fijó su residencia en Abu Dabi, empujado por sus escándalos financieros, no ha sido tarea fácil hacerles una foto juntos pues se han visto en contadas ocasiones: el año pasado en La Zarzuela, tras su inoportuno viaje a Sanxenxo para participar en las regatas y, hace unos meses, en los funerales de Isabel II y Constantino de Grecia. A una boda no acudían juntos desde 2019 cuando Rafa Nadal, que mantiene una estrecha relación con el padre de Felipe VI, se casó con su actual mujer Mery Perelló en su Mallorca natal.

Las cámaras de la televisión jordana captaron a los eméritos durante varios momentos de la ceremonia y saludando a los reyes Abdalá y Rania en el Palacio de Zahran. Los padres de Felipe VI se sentaron en segunda fila, tras los reyes Guillermo y Máxima de los Países Bajos y Felipe de los belgas, que viajó a Jordania acompañado de su primogénita, la princesa Isabel. En las imágenes captadas en el exterior, se ha visto cómo Juan Carlos I tuvo que utilizar una silla de ruedas para desplazarse debido a sus problemas de movilidad.

En total, en enlace real reunió a 140 invitados. Pero si hubo unos herederos al trono que acapararon todas las miradas estos fueron Guillermo y Catalina de Gales. Fue la primera vez que el hijo de Carlos III y su nuera asisten a un enlace real. Junto a ellos pudo verse a Victoria y Daniel de Suecia, Federico y Mary de Dinamarca y Haakon de Noruega.

Durante la ceremonia, oficiada por el imán de la corte, la pareja se mostró por momentos nerviosa, emocionada, sonriente y muy cómplice. Junto a ellos, el orgulloso padre del novio, el rey Abdalá de Jordania, y en la primera fila las madres de los contrayentes. La reina Rania eligió para la boda de su primogénito un vestido de la colección de alta costura otoño-invierno de 2022-2023 de Dior en color negro con bordados dorados en los puños, el cuello y la espalda.

También fue muy comentado el vestido de Catalina de Gales, una creación del libanés Elie Saab de gasa rosa, con cuello alto, mangas afaroladas y bordados en el cuerpo y en los puños.Terminado el servicio religioso, varias mujeres realizaron el tradicional zaghrata, grito de alegría por los novios. Después, los recién casados saludaron a cada uno de sus invitados antes de partir hacia el Palacio Al Husseiniya, donde tuvo lugar el banquete. Los novios se trasladaron en un coche descapotable escoltado por otros ocho vehículos armados de color rojo y varias motocicletas. Un desfile nupcial que estuvo acompañado por caballos blancos y jinetes vestidos con chaquetas también rojas.