Era la primera vez que acudía a 'El hormiguero' y lo hacía con libro debajo del brazo. 'El futuro ya es ayer' es el volumen que presentaba el vidente. «Esa es mi vida y creo que la gente va a compartirla y le va a encantar porque es un libro de cotilleos, pero un cotilleo blanco. Ahí salen personajes que son historia de España, 50 o 60 años de historia de España. Y aparecen desde personas de la familia real, políticos, artistas, toreros… de todo. Y todos amigos míos», explicaba.
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«Cuando a una persona le adivinas cosas de su vida muy íntima, te ganas su confianza. Y es un placer tener el cariño de tanta gente. Pero yo cuento la parte bonita, que la gente no piense que hay morbo y voy a destripar a nadie. En mi vida haría eso. Todos son amigos», contaba el adivino. «Como si fuera un sacerdote», precisaba. Y citaba a personajes conocidos como Carmina Ordóñez. «Tengo una pena porque la noche en que murió me había llamado y yo tenía el teléfono apagado. Y al día siguiente puse la televisión y veo que había muerto. Y pensé en que me quería decir en aquella llamada», comentaba.
Todo el mundo le conoce como futurólogo, pero también es modisto. «En mi momento fui muy revolucionario, aprendí con Cristóbal Balenciaga. Era la única persona en este mundo que me llamaba Rafita. Yo empecé muy jovencito a meterte en el mundo de la moda. Estuve en París con él trabajando, pero desde como coger los alfileres y el dobladillo», rememoraba. Y desveló una anécdota. «Cuando estaba en su casa en la Gran Vía me dijo que le acompañara porque probaba una de las señoras más guapas del mundo. Yo tenía 16 años. Pasa la señora, me la presenta como su discípulo y me dice que algún día le podría hacer yo la ropa. Y aquella señora, que se desnudó con toda la naturalidad y se quedó con un mini tanga, era Ava Gardner», descubría. «Era encantadora», matizaba.
«En la puerta de mi colegio había una gitana que vendía pipas, caramelos… y todo el día se estaba rascando la cabeza. Le llamábamos 'la pioji'. Un día, la señora que me llevaba al colegio me dice que corriera porque ella llegaba tarde para que le leyeran el futuro. Pensé que estaba loca. Y vi que iba donde la gitana. Yo tendría doce años. Creía que iban a jugar a las cartas. Luego le pregunté y me explicó que echaba las cartas y lo adivinaba todo. Al día siguiente, en el recreo, me acerqué a la gitana y le di dos pesetas para que me explicara aquello. Me senté, me echo las cartas y acertó todo. Le dije que me enseñara, que me dijera lo que le decían las cartas. Y cada día, con dos pesetas, me enseñaba», recordaba Rappel con cierta nostalgia. Pablo Motos atendía con interés. «Yo absorbía todo como si fuera una esponja», afirmaba el entrevistado evocando sus comienzos. Y empezó a practicar con gente que acudía a su casa.
La verborrea de su invitado impactó en Motos. «Yo hasta ahora conocía a Revilla como el Bruce Lee de las palabras, pero le estás dando mil vueltas», bromeaba. Y se fijaba en sus gafas con la montura al revés. «Te voy a contar un secreto, el año pasado me operé de cataratas y, en realidad, ya no necesito gafas, pero es mi imagen. Sin gafas no soy Rappel», manifestaba. Y atacaba a otra estrella, Cicciolina. «Ella enseguida mostraba sus pechos. Y un día, en la tele italiana, le dije que sabía interpretar la aureola de los pezones de las señoras. Ahí se ve su vida sentimental. Y me puso las tetas delante. Pedí una lupa y se las leí», afirmaba el médium que también sabe leer culos. «Es un poco como el ombligo trasero. Según a la altura que tienes el ojete cambia la cosa. Si lo tienes muy para dentro, tienes la vida más corta, pero si lo tienes a mucha distancia de la rabadilla, te vas a hacer muy viejo. Es como la línea de la vida, pero en el culo», declaraba entre risas. Y reveló que la madre de Sylvester Stallone se dedicaba a esta disciplina.
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Rappel ha conocido a mucha gente famosa y hasta le leyó el futuro a Franco. «Su mujer venía a mi casa a hacerse ropa. Y la marquesa de Ampudia era muy amiga de Franco. Un día le dijo que tenía que presentarme para que le leyera las manos. Y él aceptó. Y un martes, fui a El Pardo. Me dijo que tenía muchas ganas de conocerme. Tengo que aclarar que no soy político, le he leído las cartas a Franco y a la Pasionaria», declaraba ante un pasmado Pablo Motos a quien regaló su carta astral.
«Tienes una vida muy larga. En tu casa hay buena armonía. Dinero tienes, pero vas a ganar mucho más. Te vas a hacer una casa nueva en un sitio de campo y tendrás animales. Vas a hacer pronto un viaje con muchísima ilusión. Eres una persona creyente a tu manera, pero te da miedo creer en ciertas cosas. Vas a ampliar el programa, veo más colaboradores. El trabajo te tiene muy atado, pero eres feliz, Y hay gente que te envidia en la competencia, pero a ti te la bufa, tú has nacido para ser líder», remataba el futurólogo.
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