Urgente Grandes retenciones en la A-8, el Txorierri y la Avanzada por la avería de un camión

El lema de la casa real holandesa es 'Je maintiendrai' (Mantendré), pero lo cierto es que sus integrantes, lejos de mantenerse en sus trece, no paran de desdecirse. Más que en el 'sostenello', Guillermo y Máxima están en un perpetuo 'enmendallo'. Se pasan la vida ... pidiendo disculpas por sus reiteradas meteduras de pata. La última, haberse desplazado a su villa griega del Peloponeso para pasar unas minivacaciones de otoño, justo cuando el Gobierno de su país acababa de pedir a sus ciudadanos que, debido a la pandemia, se abstuvieran de viajar al extranjero... Bien sea porque Guillermo y Máxima no se consideran ciudadanos holandeses (sino del mundo), bien sea porque, justo por ese motivo, Grecia no les parece el extranjero sino el patio trasero de su palacio, el caso es que se saltaron la advertencia a la torera y se largaron con sus hijas al Egeo.

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Pero el mundo, en efecto, es pequeño y aquí todo se sabe. Así que el pueblo soberano que si ya de por sí es resentido, confinado ni te cuento, se los quería comer con patatas.

Ahora los reyes de Holanda (y del mambo, a este paso) han grabado un vídeo de penitencia en el que Guillermo se confiesa «arrepentido de corazón», una expresión más melodramática aún que el estomagante «lo siento, me he equivocado, no volverá a ocurrir». Está claro que rectificar ya no es de sabios. Es de monarcas. Y en eso los Orange tienen callo. Movidos por el 'más vale caerse del guindo que del trono' han pedido perdón por varios deslices, desde la construcción de una mansión en Mozambique hasta, más recientemente, el haber posado sin mascarilla ni distancia de seguridad.

El lema de la corona holandesa es 'Je maintiendrai', pero quizás deberían cambiarlo directamente por 'Je suis désolé'.

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