La ocupación desconocida de Anita Williams, expareja de Montoya, fuera de la televisión: «Se cobra bastante bien»

La última temporada de 'La isla de las tentaciones' ha dejado varios rostros conocidos que han conseguido hacerse un hueco en otros realities como 'Supervivientes' o 'Los vecinos de la casa de al lado', al tiempo que han ganado seguidores en sus redes sociales. Pero si ha habido una pareja que ha sabido sacar partido a su paso por la televisión esos son Anita Williams y José Carlos Montoya.

Se conocieron durante su participación en 'El Conquistador', el programa de supervivencia de TVE y que se basa en el formato de telerrealidad vasco 'El conquistador del fin del mundo', que emite ETB2 desde hace dos décadas. Tras su estancia en el reality, ya como pareja, Anita y Montoya se embarcaron en una nueva aventura televisiva que les llevó hasta la República Dominicana.

Ahí, en 'La isla de la tentaciones' se colaron en miles de hogares españoles y sus intervenciones en las famosas hogueras corrieron como la pólvora por redes sociales. Habían nacido dos nuevos diamantes en bruto de los realities de televisión y su participación contribuyó a que esta edición fuera de las más seguidas de la historia del programa.

Ahora, ambos se encuentran en 'Supervivientes', luchando por llevarse el premio del concurso y seguir demostrando que los platós y los realities son lo suyo. Pero la fama es efímera y lo mejor es tener un plan B. Bien lo sabe Anita Williams, que compagina su participación en programas con un trabajo que nada tiene que ver con los focos.

Desde hace tres años, Anita se encarga de cerrar ventas de servicios o productos. Lo que se conoce como 'closer' de venta 'high ticket'. «Pueden ser desde academias hasta personal trainers. Hay un montón de campos, pero yo principalmente trabajo con academias», explicó la protagonista a través de sus redes sociales. Ella se ocupa de realizar «las entrevistas a los alumnos que quieren apuntarse al curso y si lo compran, pues yo me llevo una comisión».

Anita expuso que trabaja «solo diez días, tengo flexibilidad horaria y geográfica y sobre todo un sueldo que me permite poder permitirme lo que quiera tanto para mí como para mi hijo. El dinero a todos nos encanta y la verdad es que se cobra bastante bien».