Urgente Grandes retenciones en la A-8 y el Txorierri, sentido Cantabria, por la avería de un camión

Buf...! Estoy siguiendo el tortuoso divorcio de Robert De Niro y casi que empiezo a pensar en enviarle una donación anónima al pobre... Cualquier día de estos, un niñito de Iowa o de Wisconsin, envalentonado por el 'Happy Meal', le arranca la peluca roja al ... payaso de McDonald's y descubre que debajo está Robert De Niro, metiendo horas extras para alcanzar a cubrir su rutilante tren de vida y los extravagantes derroches de su segunda exmujer. «¿Hasta cuándo va a tener que aceptar un actor de 77 años todos los proyectos que se le presenten?», se pregunta su abogada, temerosa tal vez de que a su cliente le dé un 'parraque' y no termine de abonarle a ella su astronómica minuta...

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Por si alguien todavía se preguntaba qué le lleva a un genio de la pantalla, que ha tocado el cielo interpretativo en obras maestras como 'El Padrino II' o 'Casino', a descender en vuelo gallináceo a bodrios como 'Mi abuelo es un peligro', aquí tiene la respuesta: pagar los recibos. Se supone que un astro de Hollywood septuagenario debería tener el riñón bien cubierto, pero es que para De Niro el mundo nunca es suficiente.

Él, por lo que dice su ex, necesita ir a tomarse el aperitivo a Connecticut, en helicóptero. Ella tampoco es manca. Con más de 300.000 dólares de gastos mensuales en caprichos, su tarjeta de crédito echa más humo que la torre de refrigeración de una central nuclear. Cuando le presentaron al actor, Grace Hightower trabajaba de recepcionista en un restaurante de Londres. Y dice que al principio ni siquiera le reconoció... Está claro que cuando él dijo De Niro, ella entendió Di Nero. Y hasta hoy. Cuentan que torres más altas han caído, pero Hightower sigue en pie, disfrutando de lo que la abogada del actor denomina: «la generosidad de Bob».

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