De morros

Dentro de esta lógica perversa, el código de barras (esas arruguitas verticales de la zona superior del labio) vendría a ser el toro que mató a Manolete. Vamos, que si te sale, date por muerta en términos de seducción. De ahí que muchas famosas prefieran hacer oposiciones a Carmen de Mairena antes que enfrentarse a las temidísimas líneas de expresión peribucales. Lo malo es que el retoque se nota. Muchas veces dejas de ser tú para acabar convertida en el anuncio de una clínica estética. A Shakira cuesta reconocerla en los primeros planos de ese vídeo que ha titulado 'Detrá de las cámaras'.

Que tiene motivos para estar de morros es obvio. Y por distintas razones. A su traumática ruptura sentimental y la negociación del divorcio ahora se le ha sumado un aluvión de críticas por mostrar a su padre, anciano y enfermo, en un vídeo. Entiendo que esté dolida. Pero no creo que aumentar el volumen de sus labios le devuelva la felicidad ni la juventud perdida. Y sin embargo hay como una corriente estética dominante (y algo machista) empeñada en condenar a las mujeres de cierta edad a una disyuntiva realmente cruel: O morros... O callos.