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B. Vergara
Jueves, 24 de octubre 2024, 08:32
La fama tiene su parte buena y su parte mala. Bien lo saben Martin Urrutia y Juanjo Bona, dos concursantes de 'Operación Triunfo' que han desvelado cuándo se dieron cuenta de lo que supone convertirse en un personaje público. Les ocurrió tres semanas después de salir de la academia -la de la televisión-, en Las Arenas, en Getxo, de donde es natural Martin. «La gente se enteró de que Juanjo estaba en Bilbao, fuimos a dar un paseo con unas amigas y en una plaza todo el mundo nos estaba mirando», cuenta el vizcaíno, que narra cómo se desencadenó la escena tras escuchar el «murmullo» de la gente. «Empezamos a andar y teníamos a 50 personas detrás, tuvimos que meternos en un portal y llamar a mi madre para que viniera abuscarnos», relata Martin.
El fallo de los triunfitos fue anunciar su visita a Getxo. «Ahí nos dimos cuenta de que no se podía subir todo a Instagram», afirman los dos, en una charla en el podcast 'Kepp in cutre', en el que han compartido cómo es su vida tras salir de OT. Reconocen que en ocasiones sienten presión por tener que publicar contenido en sus redes sociales. «Tengo que subir una foto y no me apetece. No soy Martin el de redes», apunta el vizcaíno. Él y Juanjo sostienen que «cuanto menos leas» en internet, mejor. Es por eso que decidieron «no meterse mucho». Por ejemplo, no tienen X (antes Twitter).
La pareja lanzó hace unos días 'El destello'¿Cómo surgió la letra?. Fue en Madrid, en una tarde de tormenta. Ahí empezaron con las primeras estrofas. Pero faltaba elegir el título. «Fue un caos», reconocen ambos. Barajaron varias opciones: 'cuatro segundos' o 'tormenta'. Hasta recurrieron a la Inteligencia Artificial. «Metimos de qué iba la canción para que nos hiciera títulos», han desvelado.
Los 'triunfitos' también han hablado de cómo es la salida de OT. «Va por rachas, a veces puedes con todo y otros días llega el bajón», admite Martin, quien afirma que hay que tener «muy presente a la familia, volver a tu ciudad». El vizcaíno también se ha referido al papel de los psicólogos en la academia. «Las charlas que nos dan dentro, para la realidad de ese momento no tienen sentido», considera.
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