Alejandro Millan ha dedicado más de media vida a llevar a los viajeros de un lugar a otro. Hace unos días, este maquinista de Renfe realizó su último trayecto, de Zaragoza a Madrid, y sorprendió a los pasajeros con una emotiva despedida por megafonía.
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«Después de 43 años de actividad ferroviaria, felizmente me jubilo», anunciaba a través de los altavoces, despertando la curiosidad de quienes estaban en los vagones. «Ha sido un privilegio poder llevar a miles de personas a sus destinos y con cada viaje he aprendido que el tren no solo conecta ciudades, sino también historias, sueños y emociones», añade Millan.
Así, ha agradecido a quienes deciden subirse al tren «y ser parte de esta experiencia». Además, asegura que aunque sea su último recorrido como maquinista, «seguiré siendo uno de ustedes, un viajero más en el devenir del día a día». Por último, Alejandro ha deseado «lo mejor en sus próximos destinos» a quienes le estaban escuchando. «Gracias de corazón y hasta siempre», se despide.
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