Manoplas

La frivolidad global es lo que tiene: lo mismo te hunde en la miseria que te catapulta a la gloria. A veces ambas cosas a la vez. El meme que ridiculiza los guantes de Sanders, incluyéndolos en esa famosa escena de 'Ghost' donde se mezclan la alfarería y la erótica, o ese otro que compara su cruce de piernas con el de Sharon Stone en 'Instinto básico' han servido también para otorgarle una popularidad de la que no gozaba hace años. Y él, que no es tonto, la ha sabido aprovechar lanzando una sudadera con fines solidarios. La prenda lleva impresa esa imagen que ya es viral: la de un señor mayor con mascarilla y manoplas que se acurruca en su asiento para protegerse de la intemperie. Como friolera empedernida que soy (aunque no viva en Vermont), no sabes cómo te entiendo, Bernie... Es más, lo que me sorprende es que no remataras tu look esquimal con un oportuno gorro de lana para proteger la calva de una temperatura que ese día en Washington rondaba los cinco grados centígrados. Y es que con el frío no se juega. Lo dice Sanders. Lo dice el refrán (ande yo caliente...) Y lo digo yo, que no acabo de entender por qué tiene que reírse la gente de los que nos abrigamos sin complejos. Además, ojalá todos los políticos llevaran manoplas, así no podrían meter la mano en la caja.