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p. muñoz
Martes, 20 de febrero 2018, 22:23
A Penélope Cruz eso de que el final feliz del cuento de princesas se traduzca en que el príncipe azul las rescata de su incierto destino con un beso de amor para ofrecerles, a través del matrimonio, una vida regalada en palacio no le parece ... que se sostenga hoy día. Así que ha decidido lanzarse a una cruzada por erradicar el machismo de los cuentos infantiles cambiando todos esos finales de «vivieron felices y comieron perdices» por otros que contribuyan a educar a sus hijos en el respeto. Lo ha resumido con toda crudeza en una entrevista para la revista ‘Porter Edit’: «Que le jodan a Cenicienta».
La actriz, ganadora de un Oscar al mejor papel de reparto en 2008 por ‘Vicky Cristina Barcelona’ -dirigida por Woody Allen, ahora en la picota por denuncias de abusos-, destaca la importancia que tienen los cuentos clásicos para inculcar a los niños una adecuada escala de valores, ya que los de Pinocho, Caperucita Roja y tantos otros «son las primeras historias que los hijos escuchan de boca de sus padres». «Cuando leo cuentos de hadas a mis hijos por la noche, siempre estoy cambiando los finales, siempre, siempre, siempre, siempre -asegura-. Que le jodan a Cenicienta, a la Bella Durmiente y a todas las demás. Hay mucho machismo en esas historias y eso puede tener un efecto en la forma en que los niños ven el mundo. Si no tienes cuidado, empiezan a pensar: ‘Ah, entonces los hombres deciden todo’».
En las versiones que relata a Luna y Leo, sus hijos, las heroínas rechazan propuestas de matrimonio o son ellas las que las plantean. «En mi versión de ‘Cenicienta’, cuando el príncipe dice: ‘¿Quieres casarte?’, ella responde: ‘No, gracias, porque no quiero ser una princesa. Quiero ser astronauta o chef’», ejemplifica Cruz, que anima a otros padres a seguir su ejemplo y educar a sus hijos de forma diferente.
En la entrevista, Cruz también apoya el movimiento #MeToo, pidiendo un cambio «en las reglas de nuestra industria y todas las demás en las que las mujeres están siendo reprimidas».
La actriz madrileña recuerda que Hollywood tiene una actitud muy diferente hacia hombres y mujeres. «Desde que tenía 25 años -plantea-, los periodistas me han estado preguntando si tengo miedo a envejecer. Es una locura de pregunta y siempre me negué a responder. Nunca le harían esta pregunta a un hombre».
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