Aluvión de críticas a Jon Kortajarena por su enfado por una tortilla de patatas

Vamos por partes. Primero, la polémica y la reacción de las redes sociales. Kortajarena, uno de los bilbaínos más universales, está en casa y pide una tortilla de patata. Se la debe llevar una de las empresas que reparte a domicilio. Pues bien, tarda más de lo previsto porque, según explica, le habían prometido que estaría en 20 minutos. Y el modelo estalla en sus redes sociales, en concreto en Instagram.

·«Llevo dos horas esperando una tortilla», escribe. Y la firma le responde. Y justifica el retraso en la «actual situación» provocada por la pandemia del coronarivus. Pero no le sirve lo dicho por la compañía. «Lo de Glovo es una vergüenza. Si no podéis dar un servicio, no lo deis, pero esto es jugar con el tiempo y el dinero de la gente. Dos horas para una tortilla de patata. ...Y las ilusiones», expone Kortajarena. Su interlocutor le cuestiona si desea «seguir con el pedido». Y ahí el bilbaíno estalla. «Quiero saber cuándo cojones me vais a enviar la tortilla», explota el hombre mejor vestido de 2019.

La persona al otro lado trata de calmarle, le dice que están buscando «al repartidor más cercano»... Pero nada. Erre que erre. «Me parece estupendo, pero ¿cuándo va a llegar mi tortilla?», señala. No llegan a un punto de acuerdo. La compañía le dice que en breve, y el bilbaíno que nada, que si no le dicen un tiempo concreto que cancelen el pedido. «Nunca más pediré una tortilla con vosotros. Manda huevos. Nunca mejor dicho». La respuesta del otro lado también le enerva, porque se le informa de que se cancelará el pedido sin «costo». Kortajarena no se lo puede creer. «Solo faltaba que me cobréis (...) Gracias! Ojalá usted tenga algún día ganas de tortilla y jueguen con sus sentimientos». Fin de la discusión.

Por supuesto, como suele ocurrir en estos casos, y más con una persona del reconocimiento del también actor vizcaíno, las redes sociales se le echaron encima. Críticas enormes. Por eso, ha tenido que salir esta mañana de sábado a pedir perdón y también a aportar una explicación a todo lo sucedido.

Para empezar, explica que su madre ha contraído el coronavirus y que acababa de volver a casa. «Conseguí un vuelo de Los Ángeles a Londres y de Londres a Madrid. Luego tenía que conducir de Madrid a Bilbao. En el vuelo, dadas las circunstancias, no hay comida, te dan una botella de agua y una chocolatina para once horas de vuelo. En la escala de Londres todos los servicios del aeropuerto estaban cerrados. En el siguiente vuelo más de lo mismo, una botella de agua. Estaba sin comer. Cuando por fin llegué a casa, a las doce de la noche, decidí pedir comida a algún sitio porque en mi casa no había absolutamente nada después de estar tres meses fuera. Llamé a una empresa de comida a domicilio y me dijeron que tardarían 20 minutos. Y como dos horas después no habían traído la comida, pues lo reclamé».

Y continúa en que no pasa nada por solicitar perdón. «A mí no me importa dar la cara y pedir disculpas si he hecho daño a nadie. Quiero aclarar que en ningún momento me estaba metiendo con los empleados que trabajan en esa empresa sino con la empresa en sí. «En un momento de pandemia no es momento de ser caprichoso», ha admitido Kortajarena, que también lanza una alabanza hacia las personas que se dejan la piel estos días. «Quiero valorar el trabajo tan grande que están haciendo los trabajadores que dan servicio a este tipo de empresas». Y cierra su mensaje con ironía. «Así que nada, hoy iré al mercado a por patatas y huevos y me haré yo una tortilla», quiere despertar una sonrisa.