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Elon Musk.
¿Qué es la ketamina, la droga de moda entre los milmillonarios?

¿Qué es la ketamina, la droga de moda entre los milmillonarios?

El uso recreativo de esta sustancia está relacionado con su presunta capacidad para abrir la mente y tomar decisiones más acertadas

T. Nieva

Martes, 29 de agosto 2023, 11:43

Empecemos por buscar en internet qué es la ketamina: «Sustancia anestésica, analgésica y sedativa que se ha comercializado como antidepresivo, pero que también se usa como droga recreativa por sus efectos alucinógenos». ¿Y cómo actúa en las persona?: «Esta sustancia es apreciada por su capacidad de combinar efectos hipnóticos, analgésicos y amnésicos, sin perder la consciencia ni sufrir una depresión respiratoria». ¿Cómo la encontramos en el mercado?: «La ketamina es un anestésico sintetizado en 1962 que sigue utilizándose en la actualidad con fines médicos y veterinarios. El producto que está aprobado comercialmente se llama Spravato y es un espray nasal que tiene como principio activo la esketamina, un derivado de la ketamina. En la calle se puede encontrar como líquido, polvo, cristales, pastillas o cápsulas y se conoce popularmente como 'special K'».

Todas estas características han convertido a la ketamina en la droga de moda entre los multimillonarios de Silicon Valley y otros famosos, como ha dejado entrever Elon Musk y reconocido el exjugador de la NBA Lamar Odom o la presentadora Sharon Osbourne. El uso recreativo de esta sustancia está relacionado con su presunta capacidad para abrir la mente y tomar decisiones más acertadas. Estos supuestos beneficios también han atraído la atención de los ejecutivos de Wall Street, quienes supuestamente pagan 750 dólares en una clínica de Manhattan que les inyecta la droga.

Recientemente, un amplio reportaje de la revista 'The New Yorker' sobre Elon Musk volvía a mencionar la relación del hombre más rico del mundo con esta sustancia hipnótica y analgésica. El artículo aborda la posibilidad de que tenga relación con sus polémicas declaraciones y sus impulsivas decisiones. El mismo Musk ha comentado este tema a través de su red social X (antes Twitter). Sin confirmar si él mismo era consumidor ni mencionar su uso recreativo, que no es legal, defendió la utilización de la ketamina para la depresión. Musk, quien llegó a fumar marihuana durante una aparición en el podcast de Joe Rogan, precisó: «Por lo que he visto con amigos, la ketamina que se toma ocasionalmente es una mejor opción».

El producto que está aprobado comercialmente se llama Spravato y es un espray nasal que tiene como principio activo la esketamina, un derivado de la ketamina. En realidad, el conocimiento de esta sustancia es muy anterior, ya que se sintetizó en 1962. Sin embargo, con su uso reciente para tratar graves depresiones, ha abierto una nueva vía a la psiquiatría: actúa de forma diferente a los antidepresivos clásicos, como el Prozac, y sus resultados son más rápidos y eficientes.

Efectos secundarios

El problema, como en casi todos los fármacos, está en los efectos secundarios: las alucinaciones que puede llegar a provocar lo convierten en un medicamento reservado a los hospitales, para abordar casos extremos que pueden implicar riesgo de suicidio. Sin embargo, son esas mismas propiedades las que le han hecho famoso entre los multimillonarios, quienes, según los medios de comunicación de EE UU, le atribuyen efectos positivos para la claridad mental. Su consumo, que al parecer se produce en fiestas privadas bajo acuerdos de confidencialidad, formaría parte de una tendencia que incluye el LSD.

Las terapias con ketamina han revolucionado la psiquiatría durante el último lustro. Se han publicado ya más de 80 estudios, muchos de ellos en revistas de gran prestigio (el último en el British Medical Journal) que demuestran sus efectos positivos en casos de depresión severa. La cautela de algunos profesionales sanitarios respecto a este tratamiento se mezcla con cierta euforia por haber encontrado una nueva vía para tratar estos casos, en lo que supone la primera innovación médica relevante contra la depresión en prácticamente 50 años.

En España, este medicamento no está todavía incluido en la cartera de servicios del sistema público de salud. Si una persona con depresión severa quiere recibir esta terapia, los hospitales deben iniciar un largo proceso burocrático: se debe justificar en la historia clínica que se han intentado previamente otros tratamientos «tradicionales», pedir la medicación al extranjero, solicitar permiso a la administración del hospital para que sufrague el gasto... Un proceso especialmente largo.

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