El príncipe Guillermo y Kate Middleton, una historia de amor sacudida por muchos escándalos

Contrajeron matrimonio el 29 de abril de 2011, en la ceremonia reciente más jubilosa de la familia, aunque no la más solemne

Iñigo Gurruchaga

Viernes, 22 de marzo 2024, 21:20

La popularidad del príncipe Guillermo y Kate Middleton es innegable. La princesa, de 42 años, es la primera cónyuge de la más alta realeza británica contemporánea sin conexiones con la aristocracia. Ella nació en una familia de clase media y conoció a su esposo en la Universidad de St. Andrews, en Escocia.

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Contrajeron matrimonio el 29 de abril de 2011, en la ceremonia reciente más jubilosa de la familia, aunque no la más solemne. El hecho de que el hijo mayor de la princesa Diana se casase por amor, sin enlaces dinásticos, refrescó a una monarquía que había padecido una serie de quiebras matrimoniales. La crianza de sus hijos creó tensiones por no seguir las pautas establecidas, y quizás arcaicas, de la era isabelina.

El cuidado de los críos en sus primeros años es un tema al que se ha dedicado en sus actividades como duquesa de Cambridge. También ha promovido el deporte. En su juventud jugó al hockey sobre hierba. La familia residió protegiendo su privacidad en una mansión en los terrenos de Sandringham, una de las residencias de los monarcas, en la región de Norfolk, al este de Inglaterra. Tras el fallecimiento de Isabel II y la coronación de Carlos III se instalaron en Windsor.

Su apariencia física ha estado marcada por cambios en el peso y en el maquillaje, indicando tensiones corporales en un tiempo en el que los futuros reyes atravesaban la pública ruptura entre Guillermo y su hermano, Harry. Este ha publicitado en documentales y libros las desavenencias entre su mujer, Meghan Markel, y su cuñada. Es una herida que no se ha curado y que ensombrece la estampa de los Cambridge. La marcha de los duques de Sussex a Estados Unidos; el aislamiento del príncipe Andrew de las funciones oficiales por sus relaciones con el mutimillonario, Jeffrey Epstein y su corte de chicas jóvenes; el envejecimiento de los Gloucester y los Kent, primos de Isabel II, y la enfermedad simultánea de Carlos III y de Kate Middleton crea un problema de falta de personal a una monarquía que en la era isabelina puso el acento en su visibilidad.

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