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Ambientado en Cádiz, 'Tierra de nadie' es un thriller que narra la historia de unos amigos atrapados entre el abandono de las instituciones, el violento e imparable ascenso del narcotraficante en la provincia y el peligroso aumento del descontento social. Luis Zahera y Karra Elejalde son dos de sus protagonistas y acudieron a 'El Hormiguero' para presentar la película. «Tiene mucho suspense y es la historia de una amistad imposible entre un depositario judicial, un narco y un guardia civil», describía Zahera. «Una oda a la amistad», zanjaba Karra.
Los actores derrochaban complicidad y no dudaban en brindarse lisonjas con cierto veneno. «Es un bipolar y un compañero 'morcillero', no lo puede evitar», definía Karra a su amigo. «Y él es uno de los compañeros simpáticos que te puedes encontrar porque, entre toma y toma, acude al surrealismo porque lo domina. Y te cuenta que fue abducido por los extraterrestres», contaba Zahera señalando al alavés. «Me dejas flipado que lo cuentes aquí. Esto no te lo perdonaré en la puta vida», bromeaba Elejalde. Su colega desvelaba que habían pactado que sería chulo enfadarse en directo. Y Karra remataba: «Es que, si en este programa empezamos a leches los dos, te incorporamos a ti y luego nos vamos al público… esto acaba como una película de John Ford: a hostia limpia y con música irlandesa de fondo».
«Tendemos a decir un actor, un crítico, un médico, un 'picoleto'… y yo creo que hay médicos buenos y malos, actores buenos y malos, 'picoletos' buenos y malos… No se puede generalizar. Deberíamos aprender», afirmaba el intérprete vasco. En el rodaje, ambos pasaron mucho frío. «Es que la lluvia artificial es muchísimo más fría. Duerme en cisternas y cuando te cae a la cabeza no puedes ni hablar. Un día Luis estuvo al borde de la hipotermia», desvelaba Karra. Zahera asentía. «Tuvieron que meterme en el motor del barco porque me dio una tiritona», declaraba.
A Elejalde, por su parte, le tocó meterse en las marismas. «Tengo 64 años ya y pensaba que esos 'charquitos' se podían cruzar muy rápido. Y me puse a ello. Pase la primera. Date cuenta que eso es barro sedimentado y te hundes hasta el tobillo. La segunda hasta la rodilla. La tercera, hasta la cadera. En la cuarta se te queda enganchada la chancla. Acojonante. En el tercer tramo, me metí hasta el fondo y levanté las manos para que me sacaran», recordaba.
El voltarén era moneda de cambio durante el rodaje de 'Tierra de nadie'. «Yo me di un castañazo, caí de rodillas. Y, además, por imbécil porque no estaba en plano y me apasione. Me tiré por unas escaleras. Los accidentes que pasan», asumía Zahera. Karra también sufrió lo suyo. «Yo me lesioné en quince lugares del cuerpo, pero solo puedo contar dos porque tengo mi privacidad. Pero me jodí un pie bien jodido y estuve cinco meses así. Y me hice una hernia umbilical», aseguraba.
Ambos derrochan talento y han ganado dos Goyas cada uno. «Lo que tienes que hacer cuando no te dan el premio, y se lo he dicho a mi hija, es estar en el no. Como tengas aspiraciones de que te lo van a dar estás jodido. Si das por hecho que no te lo van a dar, lo que te llevas es una sorpresa», garantizaba Elejalde a quien, según Pablo Motos, las mejores ideas se le ocurren cagando. «Es verdad. Cuando se relajan los esfínteres, las musas surgen y siembran en ti porque estás en un momento de relajación. Si estás todo tenso, es imposible ser permeable a la inspiración», comentaba jocoso.
Motos aprovechó para retroceder en el tiempo e indagar en los comienzos de Luis Zahera. «En la Catedral de Santiago, hace cincuenta años, cuando yo tenía siete, no había ese altar de madera. Estaba todo a nivel del suelo. Y en el año jubilar, ponían el botafumeiro siete veces al año. Iba de nave a nave. Y mi tío, cuando venía aquella bola de fuego gigante envenenada, me decía que cruzara despacio. Ese era el truco. Y todos los peregrinos se preocupaban al ver al niño, pero nadie te salvaba. Ese es el primer recuerdo que tengo de que me mirara todo el mundo», rememoraba sonriente el gallego.
En cuanto a referencias, Karra no se considera mitómano, pero Zahera tiene sus ídolos. «Yo empecé en un programa de la televisión gallega, 'Luar', en el año 92. Estuve veinte años colaborando allí. Yo hacía de cartero. Y actuó Camilo Sesto y, cuando acabó, me acerqué a él muy nervioso. Me presenté y no llegué a decirle autógrafo. El tipo me cogió el rotulador, muy serio, le metió una esnifada y me dijo que era increíble como olían esos rotuladores. Y yo tenía que responderle algo y lo único que se me ocurrió fue decirle que si, que tenía entendido que olían muy bien», declaraba entre risas.
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