I. GALLASTEGUI
Jueves, 4 de julio 2019, 19:52
«Nos han borrado nuestras fotos, pero jamás nadie podrá borrar nuestras sonrisas». El exfutbolista Aitor Ocio anunció el miércoles en su perfil de Instagram que a partir de ahora no publicará imágenes de su hija Naia, de 13 años, y ha eliminado ... las que había compartido con sus 120.000 seguidores en esta red social. Aunque no lo dice expresamente, el que fuera defensa del Athletic y el Sevilla sugiere que un juez ha ordenado estas medidas, a petición de su expareja y madre de la niña, la modelo Laura Sánchez, con la que mantiene una complicada relación desde que la justicia le dio a él la custodia de la menor.
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Aunque deja claro que acatará la orden judicial, Ocio, que tras dejar el fútbol en 2012 se dedica a las inversiones inmobiliarias y la gestión de centros deportivos y estéticos, aprovecha la ocasión para abrir un debate sobre la presencia de los menores en internet. «Me cuesta comprender cómo en pleno siglo XXI, cuando se habla constantemente de la libertad de expresión, igualdad, etcétera, resulta que un padre con la guardia y custodia única no puede compartir en su cuenta personal el orgullo, amor y admiración que siente por su hija. Y todo esto en base a una ley aprobada en 1982», señala el empresario, quien matiza que siempre ha contado con el consentimiento de la niña para difundir sus instantáneas. «Nos hacía mucha ilusión, sabiendo que (...) os servían de ejemplo,motivación e inspiración», añade.
El deportista se refiere a la Ley Orgánica de Protección Civil del Derecho al Honor, a la Intimidad Personal y Familiar y a la Propia Imagen, que establece que la disposición de la imagen de una persona requiere de su autorización y, en el caso de «menores e incapaces (...), el consentimiento habrá de otorgarse por su representante legal», es decir, los titulares de la patria potestad: sus padres.
«Hoy, 37 años después, la realidad ha cambiado y vivimos en plena era digital, donde niños de 12 años manejan incluso sus propias cuentas de Instagram -reflexiona-. Por ello creo que es el momento de que la justicia se adapte a los tiempos actuales y considere determinadas situaciones. ¿A quién hacíamos daño? ¿Eliminar a una hija del Instagram de su padre es protegerla? (...) Los que me conocéis sabéis lo que representa Naia para mí y que jamás haría nada que fuera perjudicial para ella».
El problema es que, en este caso, la madre no está de acuerdo. El conflicto entre ambos por la exposición pública de la pequeña viene de antiguo. Hace cinco años, la modelo onubense hizo pública una amarga queja. «Mi hija tiene 7 años, su padre ha subido a redes sociales más de 40 fotos de ella sin el consentimiento de su madre (que soy yo). Además de no estar permitido por ley, estoy cansada de que utilice a Naia para su autopromoción de 'padre ejemplar'. La custodia compartida conlleva respetar las opiniones de los progenitores. ¿Dónde está aquí la protección del menor?», se preguntaba.
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Unos días después, su expareja explicaba en una entrevista que la Fiscalía de Menores se había puesto en contacto con él y, tras analizar las imágenes, había desestimado la denuncia de la madre. «Lo archivaron y no pusieron ningún impedimento a ello; por eso tampoco he dejado de hacerlo». El anuncio realizado ayer demuestra que Laura Sánchez siguió intentándolo.
En los últimos años varios tribunales han tenido que dirimir desacuerdos por motivos similares entre padres separados. Las sentencias tienen en cuenta la edad del menor -a partir de 14 años se valora su opinión-, el ámbito de la publicación -grupos cerrados o en abierto- y si el tipo de información o imágenes que se difunden pueden perjudicar a los niños.
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Aunque el exfutbolista no ha hecho alusión al incidente, el verano pasado una foto de ambos de la mano luciendo el mismo modelo de bañador suscitó comentarios negativos que él se apresuró a borrar y suscitaron la solidaridad de numerosos amigos. «Ella es muy auténtica -explicaba Aitor en 2014-. Se acaba de cortar el pelo como un chico, no quiere ponerse un vestido, juega al fútbol y al baloncesto...».
Aitor Ocio y Laura Sánchez se conocieron en 2004, mientras el futbolista jugaba en el Sevilla, y dos años después nació su hija. Cuando el Athletic fichó a Aitor la familia se mudó a Bilbao, pero en 2009 la pareja se separó.
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