Un influencer vasco avisa: estos nombres en euskera están «diseñados para sufrir bullying»

El diseñador gráfico e influencer vasco Beñat Olea aborda habitualmente en sus redes sociales curiosidades de la lengua y la cultura vasca. En una de sus últimas publicaciones, ha enseñado a sus seguidores la relación entre los nombres en euskera y la naturaleza. «Algunos parecen mágicos y otros deberían estar prohibidos». Por eso, ha lanzado una advertencia sobre algunos que no deben ponerse bajo ningún concepto. «Aunque en euskera todo suena muy poético y mágico, hay algunos nombres que mejor no utilizarlos porque parece que estén diseñados para sufrir 'bullying'», avisa el creador de contenido.

En concreto, pone tres casos como ejemplo. Zigor, que significa castigo en castellano; Aker, cuya traducción corresponde a cabrón, y Gorotz, lo que equivale a excremento o estiércol en español. «Que vale... que yo entiendo que en el ámbito rural Gorotz es casi como algo sagrado. Pero, por favor, no pongáis estos nombres», pedía.

Hay otros que sí ha puesto como ejemplo de elegibles. «Dos muy comunes son el alfa y el omega». Se refiere a Asier, derivado de hasiera, que significa comienzo. «Un nombre poderoso, como el de Asier Etxeandia». El opuesto, es Amaia, ligada al término final. «Como Amaia Montero supuso un final de etapa para 'La Oreja de Van Gogh'». Olea continúa insistiendo en que «es muy común que los nombres propios en euskera vengan del entorno, la naturaleza pura de un territorio lleno de tierra, mar, montaña y bosques».

Pone varios ejemplos. Para chicos Ibai (río), Arkaitz (roca), Oihan (selva), Zuhaitz (árbol), Aritz (roble) o Ekaitz (tormenta). «Como la de los X-Men, sí». Y en femenino: Iraia (helecho), Jare (campo de trigo), Irati (campo de helechos), Enara (golondrina), Haizea (viento) o Edurne (nieve). También lanza casos de nombres unisex como Izar (estrella), Zeru (cielo), Amets (sueño), Lur (tierra) y Uraitz (agua enorme).

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