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S. O.
Domingo, 10 de septiembre 2023
La vida de Arantxa Sánchez Vicario dio un giro de 180 grados cuando se vio acuciada por las deudas. La mitad de sus ingresos se los lleva el Banco de Luxemburgo, que interpuso una querella por lo penal en 2015 contra la extenista y su exmarido Josep Santacana por evasión de impuestos. Desde entonces, su vida no es ni mucho menos de color de rosa. A sus 51 años, vive en un piso alquilado en Miami con sus dos hijos y ha confesado que a veces pasa apuros económicos.
Arantxa ha explicado que da clases particulares de tenis y, en ocasiones, le contratan para ayudar en la organización de torneos, o como comentarista. Pero no le da para todo. «Estoy haciendo un esfuerzo económico brutal, que seguiré haciendo toda mi vida. Saco adelante a mis hijos gracias, también, al dinero que me dejan los amigos. Con eso voy tirando», se ha sincerado en una entrevista en 'El País' y que han recogido varios medios, añadiendo lo «injusto» que le parecía no poder «vivir del tenis» después de haber conseguido todo lo que había ganado.
El próximo martes 12 de septiembre, la ganadora de tres Roland Garros se sentará en el banquillo de los acusados junto a su exmarido, Josep Santacana -del cual lleva separada desde 2018-. Ambos han acabado yendo a juicio por un presunto delito de alzamiento de bienes y se enfrentan a cuatro años de prisión y a pagar más de seis millones de euros de responsabilidad civil.
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