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Hasta veinte veces intentó ir a Eurovisión. Y cuando por fin lo consigue, viene un virus y se carga el festival. Otro estaría que se sube por las paredes. Blas Cantó, no. Quizás porque a sus 28 años lleva ya 20 en la música, ... porque se crió en un hogar sin padre, pero rodeado de cariño, o porque le viene de serie, el cantante de 'Universo' demuestra una madurez y una inteligencia emocional poco frecuentes.
«Todo pasa por algo -asevera-. Y al final el universo quiso que Eurovisión no se celebrase para que yo pudiera estar con mi padre en sus últimos momentos». De eso hace poco más de tres semanas. Ahora Cantó mira hacia delante. Prepara la nueva canción con la que representará a España en 2021 y publica su primer libro, 'Historia de una estrella sin nombre', que saldrá a la luz el 9 de junio, Día de la Región de Murcia. «He elegido esa fecha precisamente porque quiero mucho a mi tierra».
En esa biografía habla de su carrera y relata su infancia, la de un chico de pueblo «nada peleón, muy inquieto y muy payaso», que nació en Ricote y se crió allí hasta los 12 años. «Tenía un montón de amigos, íbamos en bici, jugábamos a policías y ladrones, el pueblo entero era nuestro escondite». La música fue algo natural, «una forma de expresarme que sentí desde muy pequeño». Tanto, que cuando cometía alguna travesura le pedía perdón a su madre cantando... «Me preparaba mi micro, me ponía a cantar en el salón. Acabábamos los dos llorando… Yo es que era entonces un dramático», recuerda entre risas.
El éxito no tardó en llegar. Quedó finalista de 'Eurojunior' en la edición que ganó María Isabel. Grabó un disco. Ganó 'Tu cara me suena', triunfó con la banda Auryn... «Realmente he tenido mucha suerte -admite- pero la cara B es la que no ve la gente. Empecé a experimentar la soledad desde muy pequeño. Cuando ganas un concurso no todo el mundo se alegra. Yo en algunos momentos de mi vida me he sentido un poco el patito feo. Luego he aprendido que hay que saber esperar, porque tu estrella siempre acaba brillando».
Blas creció en un hogar formado por su madre y sus abuelos maternos. «También estaban mis primos, porque yo no tengo hermanos». Su padre estuvo muy poco presente... «Estuvo lo que pudo estar», justifica. «Hay que entender la situación de cada persona. Al final he crecido feliz, no me ha faltado de nada. Y él me ha dado lo que ha tenido a su alcance, lo que ha podido. Es muy importante perdonar dentro de ti. Me hice adulto y llegué a entenderle. Mi padre tuvo una infancia difícil y eso se nota. Cuando has crecido así luego te alejas, te ausentas y no eres tú. Además, no todo el mundo está preparado para ser padre tan joven. Él me tuvo con 20 años. Mi madre tenía 19».
Murió de cáncer de colon a los 49 años, en plena pandemia... «En el funeral solo pudimos estar diez personas -explica el cantante-. Pero tuvo una despedida bonita. Estuvimos allí la familia. Mi padre en realidad fue un gran chico. Mucha gente lo quería. Al final, todos tenemos capítulos amargos en la vida, pero hay que saber relativizarlos y quedarnos con lo bueno».
Impulsivo y rebelde, Cantó va de cara y suele decir lo que piensa. En el programa 'La Resistencia' desveló que algunos excompañeros de Auryn todavía le debían dinero, y el comentario ha traído cola... «Son anécdotas muy chiquititas, me deben alguna cena, no una hipoteca, nada de deudas millonarias», matiza. En la última etapa de la banda (disuelta en 2016), sintió que por fin era su momento. «Me dejé el pelo más largo, me lo cambié de color, me puse camisas abiertas hasta el ombligo. Hice un 'click' y empecé a brillar de otra manera. Me despeluqué -bromea- pero de forma sana».
Y es que el intérprete de 'Universo' no está de acuerdo con que ser cantante pop implique llevar mala vida. «Soy un ignorante en drogas y en alcohol, no me sé el nombre de ninguna bebida». Acaba de estrenar casa a las afueras de Madrid y ahora convive con las cajas de mudanza y sus perritos Leo y Tirma, nombre de unas galletas canarias. «Paso mucho tiempo solo, pero siempre le digo a mi madre que se venga, a mis tíos, mis primos… ¿Pareja? Ya llegará». Mientras se prepara para debutar como asesor de Vanesa Martín en 'La Voz Kids', compone nuevas canciones y se consuela del disgusto de no haber podido ir a Róterdam. «Por suerte iré a Eurovisión el año que viene, pero si no fuera así me resignaría. Cuando le quedaban solo dos semanas de vida mi padre decía: 'Hay que tomarse la vida como viene'. Y eso -concluye he aprendido de él».
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