Pero, ¿qué se ha hecho en la cara? Las cirugías estéticas no garantizan el éxito... ni a los famosos

El último ha sido Ricky Martin. El cantante puertorriqueño de 49 años, que apareció en una entrevista de televisión hace varios días junto a Enrique Iglesias, se ha sometido a algunos retoques y a juzgar por la cara que luce, parece que se le 'ha ido la mano' con el botox. Su rostro está inflamado; los ojos, achinados; y muestra una extraña expresión cuando sonríe, muy distinta a la habitual. Las críticas a su aspecto en las redes sociales no han cesado y la mayoría de sus fans asegura que está mucho más viejo e incluso le han sacado cierto parecido a Mickey Rourke, otro famoso que ha abusado del bisturí. Hay otros internautas que lo comparan con el actor estadounidense Zac Efron, de 33 años, quien el pasado mayo, y tras pasar por quirófano, mostró su nueva cara y muchos le acusaron de «estropear un Picasso».

En la mayoría de los casos, actores, cantantes o modelos se someten a estas intervenciones por la presión para mantener una buena imagen, ganar años al tiempo, mantener sus rostros sin arrugas y, de esta manera, que les sigan llamando para trabajar. Así lo justifican al menos algunos. Pero el problema surge cuando los cambios se vuelven extremos, sus facciones y cuerpos se transforman en incluso les dejan desfigurados.

El caso reciente más llamativo es el de Linda Evangelista, de 56 años, que hace unas semanas desveló que una operación de estética llamada 'cool sculping' le había arruinado la vida. Evangelista, una de las modelos que marcó la década de los 90 junto a Cindy Crawford o Naomi Campbell, contaba en su perfil de Instagram el motivo por el cual desde hace cinco años ha desaparecido de la vida social: las devastadoras consecuencias tras realizarse un tratamiento estético corporal que le han llevado a sentirse «irreconocible».

La 'top' explicaba cómo tras someterse a un tratamiento para reducir grasa corporal conocido como 'cool sculping' (criolipólisis) había desarrollado una hiperplasia adiposa paradójica, un efecto secundario del que supuestamente no le habían advertido. La exmodelo reconocía sufrir una profunda depresión que le ha mantenido prácticamente recluida en casa y señalaba cómo hasta en dos ocasiones había pasado por el quirófano sin éxito para intentar revertir los efectos.

Otra cara que es completamente distinta a la que conocimos hace años es la de Luis Miguel. El exceso de botox que se ha inyectado a lo largo de los años ha hecho que el cantante mexicano haya perdido la expresividad de su rostro.

Y parecido le ha ocurrido a Demi Moore. La última aparición de la actriz de 'Ghost' modelando en Milán para la firma Fendi dejó a sus seguidores muy sorprendidos. Al parecer, la que fue pareja de Bruce Willis se ha realizado una intervención para eliminar la grasa bucal y se ha rellenado las mejillas, lo que provoca un aspecto en su rostro como si hubiese un hueco.

Meg Ryan también ha sido noticia muchas veces por sus cambios de aspecto. La actriz que enamoró al mundo en los 90 por su naturalidad y su aspecto dulce y juvenil se ha sometido a numerosas intervenciones que han hecho que su rostro no parezca el mismo y ella misma ha declarado que se arrepiente de algunas de las operaciones y de su adicción al botox.