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Icíar Ochoa de Olano
Sábado, 23 de diciembre 2017, 01:38
La más madrugadora, pese al superávit de metros cuadrados de superficie a decorar y a las seis horas de ventaja que sacamos a Washington, ha sido Melania Trump. La primera dama de Estados Unidos ha dejado la residencia oficial del hombre más poderoso del mundo ... hecha un pinar congelado. El abeto de seis metros cultivado en Wisconsin que este año se ha ganado el honor de presidir la Sala Azul de la Casa Blanca -lo ha hecho tras superar un concurso que se convoca desde 1996- le debía de parecer poca cosa y la esposa del presidente rubio platino encargó pinos a granel, los plantó por doquier y mandó ‘nevarlos’, en un guiño seguro a las navidades impolutas y a bajo cero de su infancia, en su Estonia natal. Unos bailarines de ballet tratan de imprimir un toque de distinción al bosque inanimado que rodea el Despacho Oval, por el que pasean la inexpresiva anfitriona y su vestido acromático. Dan ganas de frotarse las manos para entrar en calor después de ver el vídeo que ha difundido en Twitter.
Entretanto, la actriz Reese Witherspoon, metida también en faenas decorativas, se arregla como puede con unos adornos que parecen fuera de escala. Lo son. «Esto es lo que ocurre cuando compras los ornamentos ‘on line’», escribe con humor junto a una foto en la que posa delante de un abeto con flores blancas de Pascua mientras sujeta lo que parece más una bola del mundo que de un pino. Mariah Carey, erigida en Mama Nöel planetaria desde que estrenó su rentable ‘All I want for Christmas is you’, felicita a sus seguidores desde un abeto cegador, enfundada en una chaqueta de presentador de circo con prominente escote. Otra diva, Lady Gaga, ha montado una fiesta de disfraces en su casa para ponerla a tono con la temporada navideña. Han asistido un pino decorado, un reno, un Santa Claus... Ella, encantada, recibe de elfo sexy. En Gran Bretaña, David Beckham se relame con la proximidad de la noche mágica. ‘Let it snow!’, proclama su camiseta, el presunto villancico más popular de la discoteca anglosajona pese a no hacer una sola referencia a la Navidad y haber sido escrito en uno de los días más tórridos registrados en la historia de la climatología mundial.
A este lado del Atlántico, no vamos a la zaga. La primera dama de los posados, Ana García Obregón, ha hecho lo propio en su Instagram. Aparece con su hijo, Alejandro Lecquio, en un salón que se intuye pletórico en ornamentos dorados y con la chimenea a todo gas, para anunciar que esta Navidad «también» tendrá carácter filantrópico en su casa. Para ello, «cederé mis vestidos de las Campanadas», afirma. Según la hemeroteca, las dio de forma ininterrumpida de 2005 a 2015, lo que eleva su donanción a un total de diez piezas.
En casa de Julio Iglesias, la fiesta ya ha empezado y es de pijamas. Se encarga de dar fe de ello Cristina, una de sus hijas mellizas, y su esposa, la holandesa Miranda Rijnsburger, que se abrazan encantadas después de repartir la colada de Santa Claus por todo el pino. A Mónica Cruz, la hermanísima, le sale más a cuenta ser ella misma su abeto navideño. Eugenia Martínez de Irujo, recién casada en Las Vegas con Narcís Rebollo caracterizados de Marilyn y Elvis, respectivamente, abomina del glamour y se apunta al ‘grunge’ con gorro de Papa Nöel. En el almibarado hogar de Carolina Cerezuela, todo es como «soñé hace diez años»: su marido, Carlos Moyá, sus tres retoños y un abeto de revista. Todos están listos para la Navidad.
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