No vi la primera temporada de 'El desafío'. Pero estoy viendo la segunda. Me convencieron Roberto Leal, Norma Duval y Omar Montes (sobre todo, Omar Montes) cuando acudieron a 'El hormiguero' a promocionar este disparatado concurso de Antena 3 inspirado en los retos extremos de ... Pilar Rubio. Y, oye, me lo estoy pasando bomba.

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Igual que otros se refocilan en 'realities' de despelleje corazonero, programas de citas o lacrimógenas docuseries reivindicativas tipo la de Rociíto, (cómo les envidio, a mí eso solo consigue ponerme mal cuerpo) yo para evadirme de las bombas de Ucrania necesito algo más fuerte. Por ejemplo, ver a un famoso dejar de respirar casi cuatro minutos seguidos frente a una cámara. Es la prueba de la apnea, el reto estrella de este concurso. Y Raquel Sánchez Silva consiguió superar los tres minutos y medio. Lo de Raquel es de traca. El entusiasmo que despliega en un plató traspasa la pantalla. Electriza. Yo creo que de niña debió de caerse en una marmita catódica, porque si el lema de Costa Rica es 'Pura vida' el de ella sin duda es 'Pura tele'.

En el extremo opuesto, el aplatanamiento de Omar Montes también genera espectáculo. Omar es uno de esos falsos sosos con los que te partes de risa. El otro día antes de clavarle una flecha a una sandía evocó con su flema habitual los tiempos en los que vendía melones en una rotonda... Jesulín no quiso quedarse atrás y se puso a hacer 'el pollito' mientras escalaba, con más miedo que vergüenza torera, una altísima torre de sillas. «Ya sé a quién llamar cuando se me funda una bombilla del techo», le soltó con cinismo Santiago Segura. Desde luego, si el reto que se ha marcado este 'talent' es el de divertir, entretener y hacerte olvidar los problemas, en lo que a mí respecta... ¡Desafío conseguido!

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