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La prisión de Bang Kwang, más conocida como 'Bangkok Hilton'. Reuters
Daniel Sancho tratará de evitar el 'Bangkok Hilton', donde se mezclan asesinos en serie y traficantes

Daniel Sancho tratará de evitar el 'Bangkok Hilton', donde se mezclan asesinos en serie y traficantes

El futuro del hijo del actor Rodolfo Sancho es muy incierto: se le juzgará por asesinato premeditado y en caso de ser condenado a la máxima pena posible, acabará en el corredor de la muerte

A. Mateos

Jueves, 17 de agosto 2023

Daniel Sancho se enfrenta desde ahora a una nueva vida que le acompañará, como mínimo, los próximos años. Este jueves finaliza su régimen de aislamiento en la prisión de Koh Samui y, si no le conceden un permiso para continuar apartado del resto de presos, en las próximas horas se incorporará a su nueva celda, donde convivirá con otros reos.

Allí deberá establecer una nueva rutina, nuevas amistades y mantener la mente ocupada para que el tiempo pase lo más rápido posible. Le esperan unos cuántos meses hasta que la Corte Judicial decida su futuro. Aunque la familia y la defensa asumen que pinta mal: se le acusa de planificar el asesinato del médico colombiano Edwin Arrieta y, después, descuartizar el cadáver. Este delito está penado con la muerte y la Policía tiene pruebas contundentes de su autoría. El objetivo de la defensa será evitar el corredor de la muerte.

En las últimas horas ha recibido la visita en prisión de su madre Silvia Bronchalo, mientras su padre, el actor Rodolfo Sancho, opta por refugiarse en su casa de Fuerteventura. Ambos tienen a su equipo de abogados trabajando para ayudar en el proceso penal que afecta a su hijo. La Fiscalía, una vez reciba el dossier de la investigación de la Policía, deberá fijar la fecha del juicio, que se espera sea este otoño.

Si Sancho fuese declarado culpable y condenado a muerte, sería trasladado a la prisión de Bang Kwang, más conocida como 'Bangkok Hilton'. Allí aguardan aproximadamente 500 personas que esperan en el corredor de la muerte. Entre las rejas, puedes encontrar de todo: asesinos en serie, traficantes, extranjeros... Muchos llaman a esta cárcel el Alcatraz tailandés por las extremas condiciones en las que viven los presos.

Abandonar esa cárcel es complicado. Solo una carta de indulto del rey tailandés abre dicha posibilidad aunque la pena de muerte acabe convirtiéndose en una cadena perpetua. En las últimos dos décadas, solo tres presos, y todos tailandeses, han sido ajusticiados: dos por narcotráfico, uno por asesinato.

Falta de higiene y un sofocante calor

La dureza de 'Bangkok Hilton' está descrita en libros y documentales, que incluyen denuncias de torturas, abuso de poder y corrupción de los guardas. «Nada más plantar un pie, me pusieron cadenas. No las que se ven en la televisión, estas pesan cuatro kilos y las aplastaron contra mis tobillos a martillazos», relató Colin Martin en un libro que publicó en 2006, año en el que fue extraditado a Reino Unido.

De hecho, el nombre de 'Bangkok Hilton' viene de una serie de la televisión australiana que relata lo que sucede en el interior de sus muros. En Tailandia la conocen como 'el gran tigre' por su tendencia a devorar prisioneros, aunque la última ejecución se produjo en 2018.

Otros testimonios denuncian la falta de higiene, la convivencia con presos que padecen enfermedades contagiosas y un sofocante calor que facilita la propagación de los virus. El británico Gary Graeme Jones, del que no se sabe nada desde 2012, denunció en su blog un brote de peste porcina en 2009 que se cobró la vida de varios reclusos.

Muerte con jeringuilla

Pero lejos de cualquier ficción, en Tailandia no se ejecuta ni a tiros, ni sentando a los presos en la silla eléctrica. El método que usan es una inyección letal. Solo tres la han recibido en la historia del país asiático pues anteriormente los ajusticiados eran directamente fusilados.

El último en recibirla fue Theerasak Longji. Este joven de 26 años llevaba cinco años en el corredor de la muerte por asesinar a un adolescente de 17 años con 24 puñaladas. La Corte Judicial concluyó que el móvil del crimen era una venganza porque en ese momento salía con su exnovia.

Sancho, si acaba entrando en la prisión de 'Bangkok Hilton' se unirá a Artur Segarra, un español que cumple condena allí desde 2017. Precisamente, al igual que Sancho, también por asesinar y descuartizar a una persona, su compatriota, el consultor David Bernat. Fue de tal magnitud el crimen, que los funcionarios de prisión llaman a a Segarra 'Cut-Cut' (corta-corta, en castellano). Segarra, con suerte, vio rebajada su condena a muerte a la perpetua.

Otro preso que ha pisado 'Bangkok Hilton' es el 'asesino de la camioneta'. Nirut Sonkhamhan envenenó entre 2011 y 2012 a nueve taxistas con plaguicidas. Cuatro de ellos murieron. En Tailandia también tienen un 'Jack, el destripador'. Somkid Pumpuang espera su jeringuilla letal desde hace dos años porque en 2005 asesinó y descuartizó a cinco mujeres masajistas que trabajaban en clubes nocturnos.

Según los últimos datos oficiales, entre otras fuentes de Amnistía Internacional, Tailandia cuenta con 330.000 presos de los que 520 se encuentran condenados a muerte, veinte de ellos extranjeros. La mayoría de estas condenas recaen sobre traficantes. Estos centenares de presos conviven con aproximadamente seis mil más en la prisión de 'Bangkok Hilton'.

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