Daniel Sancho será juzgado en junio por dar un puñetazo a un hombre en Madrid

Teniendo en cuenta que Daniel Sancho podría ser condenado a la pena de muerte por el asesinato de Edwin Arrieta, el nuevo juicio al que se deberá enfrentar el joven cocinero por agresión casi carece de importancia. Pero el hijo del actor Rodolfo Sancho tenía pendiente en Madrid una causa abierta por un presunto delito de lesiones y finalmente, tras varias suspensiones, será juzgado por estos hechos el próximo 5 de junio, tal y como se ha podido conocer este miércoles.

Los hechos se remontan a 2019 en Madrid cuando Sancho entró en un taxi sin respetar la cola, lo que provocó las airadas protestas de un hombre. Ante las críticas, el joven reaccionó propinándole un puñetazo, lo que provocó a la víctima la rotura de un diente y una brecha. La Fiscalía pide para el hijo de Rodolfo Sancho un año de cárcel y una indemnización para el agredido de 2.100 euros.

Al seguir en prisión preventiva en Tailandia hasta que se conozca la sentencia por el crimen del cirujano venezolano, está previsto que el cocinero declare por videoconferencia. Para ello, se trasladará al tribunal de Koh Samui donde responderá a todas las preguntas que se le hagan desde el juzgado madrileño.

El juicio por la agresión en Madrid se suspendió hace unos meses cuando las autoridades tailandesas impidieron que el joven, en prisión desde el pasado 7 de agosto, declarase por videoconferencia. Antes, la defensa de Sancho había pedido la extradicción de su cliente para que pudiera ser juzgado en España, pero finalmente las autoridades del país asiático rechazaron tal posibilidad debido a la gravedad de los delitos de los que se le acusa en Tailandia.

Pase lo que pase con su juicio en Madrid, el joven cuenta los días para conocer la sentencia por el asesinato de Edwin Arrieta, como principal delito. Está previsto que el juez que lleva el caso la dé a conocer el próximo 29 de agosto y la cuestión sobre la premeditación será fundamental a la hora de dirimir la dureza del castigo, que podría suponer la cadena perpetua e incluso la pena de muerte. Sancho, por su parte, se declaró no culpable durante el juicio tanto del asesinato como de la destrucción de documentación ajena, si bien ha aceptado el cargo de ocultación del cadáver.

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