Daniel Sancho esquiva la cárcel de 'El Gran Tigre'... de momento

Daniel Sancho, condenado a cadena perpetua en Tailandia por el asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta, no ingresará, de momento, en la prisión de Bang Kwang, conocida como 'El Gran Trigre. Según ha confirmado él mismo a la agencia EFE, será trasladado a la Surat Thani, al menos hasta que su sentencia sea firme. El cambio de cárcel será inminente

El chef español será, al menos durante 90 días, «interno preventivo» en Surat Thai, donde «no se mezclará con los presos ya juzgados y condenados sin vías de recurso», según ha explicado Ramón Chippirrás, el jurista y criminólogo portavoz Rodolfo Sancho, padre del condenado. Precisamente, el actor ha visitado este viernes a su hijo en Koh Samui, donde ha estado recluido desde que asesinó, descuartizó y desperdigó los restos de Edwin Arrieta, según se ha dado por probado en el jucio del mediático caso.

El nuevo destino de Sancho, situado en el sur de Tailandia, dista mucho de ser tan 'amable' como Koh Samui. Pasará de estar en el módulo hospitalario con distintas actividades y biblioteca, a compartir celda con otros 20 presos, con escasas salidas y durmiendo en el suelo. El recinto suma 5.400 prisioneros, más del doble de su capacidad, la mayoría internados por delitos graves e incluso condenados muerte. Solo se permiten las visitas de familiares de sangre. Los registros en las celdas son habituales y los reos deben someterse a ellos semidesnudos.

Con todo, las condiciones en esta penitenciaría no son tan terribles como las de Bang Kwang, una de las más peligrosas del mundo. El país asiático la reserva para los condenados a más de 25 años, como es el caso del español. Allí podría ir a parar Daniel Sancho cuando su sentencia sea firme, algo que el abogado de la famlia Arrieta, Juango Ospina, da por hecho.

Se la conoce como 'El Gran Tigre', en alusión a que sus condiciones de vida son tan duras que te devora. Las instalaciones fueron construidas para albergar a los reos más peligrosos, aquellos con los peores delitos, condenados en su mayoría a cadena perpetua o a muerte. Muchos son reclusos extremadamente violentos por lo que se les vigila las 24 horas del día. Casi 8.000 personas hacinadas en unas instalaciones preparadas inicialmente para albergar a 3.500 y en las que la comida es tan escasa como las condiciones de salubridad e higiene.

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