El cómico Jaime Caravaca pide perdón por el chiste que le costó un puñetazo

Horas después de que se difundiera el vídeo de la agresión al cómico Jaime Caravaca por sus comentarios sobre el hijo de tres meses de Alberto 'Pugilato', el humorista ha pedido perdón por sus palabras. «Lo que pretendía ser un chiste, finalmente ha sido un comentario desafortunado y nada apropiado por mi parte», ha escrito Caravaca en las redes sociales.

El propio 'Pugilato', vinculado a la extrema derecha y que asumía los hechos, ha respondido al humorista a través de la misma red social. «Defiendo la libertad de expresión de la misma manera en la que defiendo el derecho a responder», afirma el hombre que agredió a Caravaca. Asimismo, sostiene que no le desea «ningún mal» y espera que «esto sirva para que otros comprendan que los niños son sagrados».

El lío comenzó hace unos días cuando 'Pugilato' subió a su perfil una foto de su hijo recién nacido en sus brazos. «Felicidad y orgullo», escribió. El cómico Caravaca le contestó: «Nada ni nadie podrá evitar la posibilidad de que sea gay, y de mayor se harte de mamar pollas de negro. Y de negro obrero, nada de futbolistas. Qué sabio es el tiempo, toca esperar».

A 'Pugilato' no le sentó nada bien ese comentario y comenzó a amenazar al humorista. «Me sé de cierto cómico que va a ser el más gracioso de la unidad maxilofacial».

Horas después, cuando el cómico estaba ofreciendo un monólogo en un local de Madrid, 'Pugilato' se subió al escenario y no dudó en agredir a Caravaca. 'Pugilato' pedía perdón al resto del público: «Os pido perdón. Soy únicamente un padre que defiende a sus hijos. Ha hecho comentarios sexualizantes de mi hijo de tres meses».Los asistentes al monólogo le reprocharon su actuación y le pidieron que lo solucionase «fuera». Pero el radical no se había quedado conforme con el puñetazo. Se volvió a dirigir al cómico y le llamó «basura». Por último, le retó a repetir los comentarios sobre su hijo: «Ahora, ¿qué? Dímelo, dímelo a la cara». Y al no encontrar respuesta, le soltó una nueva bofetada antes de marcharse del lugar.

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