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Al final va a ser verdad que los matrimonios aparentemente mal avenidos duran toda la vida y que los más acaramelados son los primeros en fracasar. El presunto divorcio de los Obama (esa pareja tan públicamente cómplice y enamorada) vendría a confirmarlo. Pero como de ... momento ni Barack ni Michelle se han pronunciado al respecto, la cosa no pasa de ser un rumor. Eso sí, un rumor de la revista norteamericana 'Globe' que está dando, nunca mejor dicho, la vuelta al globo y que ha ido subiendo en decibelios hasta convertirse en clamor.
La solitaria presencia de Michelle Obama en Mallorca durante los dos últimos veranos, sin otra compañía que la de sus guardaespaldas y sus amigos, el exembajador James Costos y el exdecorador de la Casa Blanca Michael Smith, quizás debería haber levantado sospechas sobre una crisis conyugal. Y no digamos ya la actitud avinagrada e intratable que mostró la exprimera dama hace un año cada vez que alguien intentaba hacerle una foto, ya fuera durante una caminata por la mallorquina sierra de Tramuntana o desembarcando en Puerto Portals. De natural alegre y expansivo, Michelle parecía otra. Tal vez atravesaba una mala racha en su matrimonio y no estaba para bromas.
Barack, de 58 años cumplidos el pasado domingo, y Michelle, de 55, llevan 27 años casados. Y saben lo que es estar al borde de una separación. Cuando él fue elegido senador, su relación sufrió un seísmo que les obligó a recurrir a una terapeuta experta en parejas. Lo confesó la propia Michelle en una entrevista. Pero, salvado aquel bache y otro posterior por el descarado flirteo del coqueto Barack con la primera ministra danesa, todo parecía ir viento en popa... Ambos se esforzaban por representar un romance digno de Hollywood. Cada vez que los Obama bailaban 'cheek to cheek' se paraba el mundo. Y hasta los más escépticos volvían a creer en el matrimonio.
Ahora, según la revista 'Globe', la pareja podría estar definitivamente rota. ¿El culpable? Él, que desde que dejó de ser presidente de los Estados Unidos para meterse a conferenciante planetario y magnate disfrutón parece haber descuidado a su mujer y a sus hijas, Malia y Sasha, de 21 y 18 años respectivamente. Por las fotos que a menudo llegan de Barack Obama, se diría que después de dejar la presidencia ha pisado más teca de yate que tierra firme. Pero, aún así, en su cabeza siguen hirviendo asuntos bastante más acuciantes que su presunto divorcio. Su última declaración pública no se ha referido a su situación personal sino a la necesidad de fortalecer el control de armas en su tiroteado país.
Por otro lado está la ambición política de Michelle Obama, actualmente más reconocida en el mundo que su propio marido. Según la firma de análisis de datos YouGov, la exprimera dama encabeza la lista de las mujeres más admiradas del planeta, desbancando a Angelina Jolie y situándose por encima de Oprah Winfrey e incluso de la reina de Inglaterra. Ahora podría despegar en solitario con una carrera política marcadamente feminista, sin necesidad de parapetarse tras el carisma de su marido. Antes tendrá que confirmarse su divorcio, que también podría ser una de esas 'fake news' típicas de Donald Trump. Y, por cierto, que si de verdad los matrimonios mal avenidos nunca se rompen, el de Trump y Melania va a durar una eternidad.
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