![Yamandú Costa hizo vibrar al Principal con las siete cuerdas de su guitarra](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2023/07/08/yamandu-silvia-ksDG-U200726676064raC-1200x840@El%20Correo.jpg)
![Yamandú Costa hizo vibrar al Principal con las siete cuerdas de su guitarra](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/2023/07/08/yamandu-silvia-ksDG-U200726676064raC-1200x840@El%20Correo.jpg)
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Situarse fuera de los estándares supone siempre un toque de distinción. En el mundo de los guitarristas, fuera de las las seis cuerdas habituales se puede citar a Narciso Yepes con una decena, Roger McGuinn con doce electrificadas, Keith Richards con cinco, Pat Metheny con las incontables de su Picasso o, con siete, los virtuosos Steve Vai en eléctrico y Yamandú Costa en instrumento con caja y cuerdas de náilon.
El artista brasileño en todo un gigante de su instrumento y lo demostró en un recital donde hizo gala de recursos, pero también de musicalidad y poética sonora, mucho más allá de la técnica impecable y hasta impresionante. Con la celeridad de un Bireli Lagrene y la potencia rítmica de la bossa y la samba, géneros que Costa repasó en un set donde también una pieza para Michel legrand o una composición baladística que le inspiró una isla canaria, co n título 'La Graciosa'.
Como ya apuntaba el protagonista de la última sesión en el Teatro Principal, lo te las piezas es relativo, ya que improvisa mucho de lo que suena. Enlaza arreglos y motivos, pasajes que a veces acompaña con la voz o con unos silbidos. Su propuesta podría enmarcarse en clave jazzística en aquel lema futbolístico que tenía relación con Brasil, aquel 'joga bonito'.
Yamandú Costa se dirigió al respetable en español, con humor y simpatía, que le acercaron aún más a una audiencia extasiada y hasta sobrepasada por la intensidad de la música. Además, hacia el final del concierto, la cantante Silvia Pérez Cruz hizo acto de presencia en la tarima para compartir la magia del jazz y brindarla a los aficionados que llenaban el patio de butacas.
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