Vitoria, a ritmo de jazz

Pero si existe un festival que sitúa a la capital alavesa en el mapa internacional, este es el Jazzaldia. Así lo demuestra un artículo publicado el 20 de abril de 2016 por el prestigioso diario británico The Guardian, que incluía al Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz entre los diez mejores de Europa. Un evento que, aunque nació a rebufo del celebrado en San Sebastián desde 1966, ha terminado siendo uno de los referentes del jazz a nivel mundial, hasta el punto de convertir a Vitoria en una auténtica «capital del jazz».

Su primera edición se celebró en julio de 1977, a iniciativa de José Ignacio Polo, quien un año antes había acudido al festival donostiarra como enviado especial de Radio Vitoria. Allí planteó la idea de aprovechar el desplazamiento de algunos de los músicos extranjeros a San Sebastián para que actuaran después en Vitoria. La propuesta tuvo muy buena acogida y, junto con Pedro Osés y Carlos de Lario, Polo impulsó el proyecto Jazzteiz. La Diputación Foral de Álava apoyó a estos «enamorados de la idea de promocionar el jazz en Vitoria-Gasteiz» cuyo objetivo era acercar el Festival al más variado público. También otras instituciones y empresas locales se comprometieron con el proyecto: la Caja Municipal les cedió el Polideportivo de Landázuri, Vesa contribuyó con telones y cortinones que mejoraron la acústica y el Ayuntamiento instaló el escenario. Los gastos de publicidad fueron patrocinados por otras empresas vitorianas.

El primer Festival inició con éxito su andadura el 28 de julio de 1977, logrando un lleno casi total. Por este motivo, en 1978 fue trasladado al amplio polideportivo de Mendizorroza. No obstante, la transformación definitiva llegó en su tercera edición (1979), cuando se nombró una comisión organizadora integrada entre otros por José Miguel Aguirre, José Mari Landaluce -que anteriormente habían trabajado en proyectos radiofónicos ligados a la difusión del jazz en la capital-, Enrique Guinea, Álvaro Aranegui e Iñaki Añúa, siendo este último a partir de entonces la verdadera alma del Festival hasta el pasado año 2018, cuando se retiró.

A partir de entonces el Jazzaldia se fue consolidando. Así, por ejemplo, en 1982 acogió a Ella Fitzgerald, quien no solo agotó las entradas, sino que estuvo «impresionante». La reina del jazz regresó a Vitoria al año siguiente, y a ella le siguieron en las posteriores ediciones músicos de la talla de Miles Davis, Stan Getz, Bebo y Chucho Valdés, Eric Clapton o Compay Segundo. Más recientemente el Festival ha acogido a Paco de Lucía, Norah Jones, Jamie Cullum o Noa.

A las actuaciones estelares en Mendizorroza se sumaron conferencias, así como sesiones diarias en la Florida, las jam sessions en el Hotel Gasteiz, y el Jazz de Invierno que tuvo lugar entre 1981 y 1985 en el Teatro Principal, en los cines Guridi y en el propio polideportivo de Mendizorroza. En 1992 nació la sección Jazz del siglo XXI en la que se congregan músicos representantes de las tendencias más innovadoras del jazz nacional e internacional. Posteriormente se fueron añadiendo otros ciclos, como Jazz en la calle, en la que conocidas marching bands al más puro estilo de Nueva Orleans recorren Vitoria. Cabe destacar, asimismo, las sesiones nocturnas celebradas en el Hotel Canciller Ayala, denominadas Carlsberg Jazz de Medianoche, patrocinadas por esa marca de cerveza.

Y es que, el Festival de Jazz se ha convertido en un acontecimiento internacional que acoge a un gran número de turistas, y que anima los cafés y pubs de la ciudad a promocionar grupos locales, que durante esa semana estival se dan a conocer en sus terrazas. Este año se celebra su 43 edición con un nuevo equipo directivo formado por Iñigo Zárate y Alberto Ibarrondo, cuyo propósito es «abrir el evento a un público más joven»: esta es, sin duda, la manera de que este festival perdure en el tiempo. Con la idea de lograr este objetivo, este año podremos disfrutar de figuras de la talla de Gregory Porter y Omara Portuondo, la Novia del Feeling habanero, pero también del joven pianista vitoriano Iñigo Ruiz de Gordejuela o del Marta Sánchez Quintet. Nuevos aires para un Festival de talla internacional.