Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Afinar un saxo es bastante complejo. Hay que ajustar la boquilla hasta lograr el sonido perfecto: apenas un milímetro aquí o allá marca la diferencia. En algo así, pero a lo bestia, está inmerso Iñigo Zárate, presidente del Festival de Jazz de Vitoria estos días. ... En sus manos, un equipo que se encarga de que nada desafine en la prestigiosa cita musical decana de la provincia, que cuenta con el patrocinio de EL CORREO.
- ¿Está satisfecho con el cartel de esta 47 edición?
- Mucho. Creo que tenemos un cartel bastante equilibrado, con música para todos los gustos y todos los públicos.
- ¿A qué ritmo va la venta de abonos y entradas?
- Muy bien, sobre todo los últimos días. De hecho, según nos vayamos acercando a los conciertos, veremos si no llegamos a vender todo tanto en Chucho, como en Trueno, Michel Camilo y Tomatito.
- ¿En qué cifras de público espera moverse para esta edición?
- El aforo del pabellón de Mendizorroza son 3.500 personas. Y, a falta de la semana que más se vende, tendremos tres días que andaremos muy cerca de ese lleno...
- En ediciones muy recientes, el año pasado sin ir más lejos, se pudo ver cómo se quedaban muchas butacas vacías en algunos conciertos...
- No me preocupa que se vean esos 'claros' en Mendizorroza porque, en global, tenemos muy buenas cifras. Hay que dejar claro que nosotros tenemos uno de los mayores aforos en el jazz nacional. En el festival de San Sebastián, que es el más comparable a nosotros de todos los que nos rodean, en la Trini (plaza de la Trinidad, uno de los escenarios principales del Jazzaldia), entran 1.700 personas y nuestro suelo, el día que menos vendemos, es de 1.500 personas. Y meter a 1.500 un miércoles es una heroicidad.
- A tenor de esas cifras, ¿Mendizorroza se empieza a quedar grande?
- Podría ser. Un recinto de esas dimensiones obliga a programar músicos que sean capaces de cubrir esa expectativa, de vender suficientes entradas como para tener un pabellón con una entrada decente.
- Este año va a ser el último, antes de su reforma, en el que el Principal, acogerá esas sesiones de tarde que tienen un público sumamente fiel...
- Fiel y, además, que va en aumento edición tras edición...
- ¿Saben cuál será el escenario alternativo durante los casi tres años que, se calcula, durarán los trabajos?
- Esto es algo que todavía no está del todo cerrado. Aunque, por suerte o por desgracia, tampoco tenemos tanto donde elegir en Vitoria. Estamos barajando el Conservatorio Jesús Guridi o la sala (María de Maeztu) del Europa.
- A priori, ¿cuál de esos escenarios le seduce más?
- Son distintos. Probablemente, en cuanto a acústica, el Conservatorio sea mejor, pero el Europa ofrece más posibilidades. Es más flexible, tiene más salas...
- Durante el cierre por obras, el Jazz se quedará sin escenario en el centro de Vitoria durante dos o tres ediciones.
- Ese cambio de localización es una pena. Y lo vemos como un problema porque nuestro público es muy de costumbres, aunque tenemos que reconocer que ni el Europa ni el Conservatorio están tan lejos.
- La semana pasada, en estas mismas páginas, la directora de la red de teatros reconocía que Vitoria necesita un gran espacio escénico como el Euskalduna de Bilbao o el Kursaal de Donosti. ¿Comparte esa visión?
- Indudablemente. Se puede hablar mucho de cómo debe de ser, pero, en mi opinión, necesitamos un espacio polivalente, flexible, que pueda acoger tamaños distintos de representaciones, de conciertos. Tiene que ser algo muy mixto... pero de calidad. Vitoria merece una apuesta clara y decidida. No vale algo que se haga con parches.
- ¿Descarta, pues, esa idea de adaptar el Iradier Arena?
- No, no lo descarto. Es más, creo que la plaza de toros es el sitio óptimo para hacer ese nuevo espacio. Pero hay que abordarlo con total decisión y eso requiere una apuesta firme y un proyecto realmente renovador. Lo que pasa es que, hoy en día, es eso: una plaza de toros. Y no reúne las condiciones para hacer nada más. Para afrontar este proyecto, Vitoria merece y tiene que tener decisión y coraje, como dice la canción.
- Hace unos años, usted abogaba por reformar Mendizorroza. ¿Eso no sería también 'un parche'?
- Depende de la reforma que se haga. Mendizorroza es otro espacio que tiene muchas posibilidades, con un tamaño bueno, unas condiciones actualmente buenas...
- Aunque no deja de ser un polideportivo.
- Exacto. Pero Mendizorroza tiene mejores perspectivas de reforma que la plaza de toros tal y como está ahora. Pero mi apuesta es más por un Iradier totalmente nuevo como ese gran escenario.
- Reciben 85.000 euros del Gobierno vasco, otros tantos de la Diputación y 198.000 del Ayuntamiento. ¿Estas cantidades son suficientes para montar un festival de la talla del Jazz?
- Es suficiente teniendo en cuenta la naturaleza del festival. Somos una asociación sin ánimo de lucro, trabajamos con voluntarios, no buscamos un beneficio económico. Si no fuese así, el festival no sería posible. Hay que dejar claro que todo el dinero que recibimos de las instituciones, además de la financiación privada que tenemos y la venta de entradas, que es una fuente esencial de ingresos, lo empleamos en rebajar los precios, en dar accesibilidad, porque nuestro fin último es la promoción del jazz y de la música.
- ¿Cumplen con ese objetivo?
- Con las grandes estrellas que traemos, a 15 euros en el teatro y a 35 o40 euros en Mendizorroza, con abonos 100 euros, yo creo que queda claro que sí cumplimos con ese propósito. En cualquier festival europeo no se ven estos precios ni mucho menos.
- Y, sin embargo, hay quien piensa que este es un festival elitista...
- ¡No lo es! Para nada. Programamos jazz y tenemos desde Trueno hasta una marching band por la calle, grupos totalmente locales, gratuitos por todos lados. Creo que este festival puede ser cualquier cosa menos elitista. No sé cómo decir esto sin que nadie se sienta insultado pero quizás lo que nos falta es...
- ¿Cultura musical?
- Totalmente. Y sobre todo en las generaciones más jóvenes. Ahí falta mucho. Porque la ausencia de gente joven en escenarios tanto de clásico como de jazz, como de teatro, yo diría que es preocupante.
- Junio y julio son dos meses repletos de grandes eventos. El Azkena hace unos días, ahora también llega el Iron Man... En Bilbao la semana que viene resonará el BBK Live y el Jazzaldia comienza solo dos días después que el Jazz de Vitoria. ¿No se concentran demasiado todos los grandes eventos en apenas una semanas?
- Claramente. Sería interesante si estos eventos, si los festivales estuviesen un poco más separados en el tiempo. Pero bueno, es lo que hay. Echo de menos un poquito de coordinación a la hora de acceder a las fechas estaría bien. Muchas veces hay demasiada programación en los mismos días y eso hace que unos eventos quiten público a otros.
- El festival cumplirá su 50 aniversario dentro de tres ediciones. ¿Tiene garantizada su supervivencia hasta entonces?
- ¿Garantizada? No. El festival está en la cuerda floja cada año. Tenemos, y estamos muy agradecidos por ello, un montón de patrocinadores, tanto públicos como privados, que es cierto que nos apoyan. Pero sin el público no tenemos nada que hacer. Si el público falla un año estamos hundidos.
- La gran estrella del Jazz es Chucho Valdés, que gira por el 50 aniversario del grupo Irakere. Tiene bolos en España en Canarias, en el Cruïlla de Barcelona, en Alicante, en Gerona... ¿Qué sigue haciendo diferente a este festival?
- Bueno, nosotros somos una cita muy grande. Quizás el de San Javier es el único festival de jazz que tiene un aforo parecido al nuestro. De hecho, me atrevería a decir que, dentro de nuestra especialidad, somos el más grande de España.
- Traen a Trueno, un rapero argetino y dos ediciones atrás vino el legendario Kase. O. La música urbana se está infiltrando en el cartel para captar nuevos públicos, pero, ¿esto no traiciona a las raíces del festival? ¿Teme provocar rechazo entre los más puristas?
- Siempre va a haber opiniones para todos los gustos, pero el hip hop y el rap con el jazz han estado unidos desde su creación. Robert Glasper decía que el rap es el jazz de hoy. La conexión es total. Es verdad que Trueno está más enfocado a atraer a gente joven y su vinculación más directa con el jazz será en la primera parte, con una selección de grupos de raperos vitorianos, con los hermanos Andino, que son músicos de jazz que van a estar detrás, con un DJ que van a pinchar jazz y van a rapear sobre jazz. Hay que tener en cuenta que la canción número uno de Spotify en España es de Trueno ('Real Gangasta Love' acumula 115,5 millones de escuchas en todo el mundo) así que él sería la gran estrella de este año...
- ¿A qué pléyade de estrellas, qué cartel le gustaría reunir para la edición 2027, la del 50 aniversario? ¿Cómo le gustaría que fuera esa edición?
- Hemos empezado a mover ideas para esa fecha, pero la verdad es que tenemos que ser realistas. Estamos pidiendo a instituciones y patrocinadores que den un poco el do de pecho y que se estiren un poquito más y que nos permitan hacer cosas un poco más especiales.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.