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Igor Martín

Tommy Castro, el prisionero risueño

El veterano guitarrista californiano, escoltado por The Painkillers, tres jornaleros del blues, dio un bolazo en la Sala Urban

Jueves, 6 de julio 2023, 00:34

En pleno festival de jazz de Vitoria, 60 almas, que pagaron 20-25 €, se congregaron este miércoles en la sala Urban vitoriana para ver al bluesman blanco Tommy Castro, nacido en San José, California, hace 68 años, pero aún flaco, fino y elegante, físicamente ... reminiscente de Jerry Lee Lewis. Vino en el marco de una gira hispano lusa de dos semanas y pico con muchos festivales (Azores, Tolosa -donde enamoró la víspera, el martes-, Béjar, Córdoba, Burlada...) y el de Vitoria fue el único bolo, bolazo en su caso, albergado en una sala con las buenas condiciones de la Urban.

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Tommy Castro salió con botines, chaqueta chulísima y una cinta de la guitarra con una flor bordada, y pilotó un concierto de 16 piezas en 94 minutos con la voz un tanto baja en la ecualización y al frente de un cuarteto completado por The Painkillers, tres veteranos quién sabe si pluriempleados en otros gremios: el baterista que parecía un surfer de otra época, el teclista con su visera un habitante de bares de camioneros, y el bajista con su camisa de leopardo un émulo de Nick Curran.

Con estos tres jornaleros, Castro, siempre risueño y entusiasta, se curró un repertorio versátil aunque lo supremo fueron sendos lentos blues: el undécimo, 'Lose, lose', a lo Luther Allison («sé que tienes otro hombre, y yo tengo otras mujeres también», y punteó de modo agudo), y el séptimo, 'Blues prisoner', un lento cool a lo Robert Cray, con el potencial de Gary Moore, templado y acerado, que echó chispas en sus llorosos punteos; al acabarlo le señaló el bajista animal print y jaleó: «Tommy Castro, cuatro veces el mejor entretenedor del año en los premios BB King, ya sabéis por qué»).

Esto fue lo más jondo de la cita, pero Castro sabe que para poder vivir de la música mejor abrir la mano, y por eso sirvió además guapos rocanroles ('Make it back to Memphis', juerguista y directo él, en el bis un alborotado 'Shakin' the hard time loose' que no puso en evidencia sus 68 palos, en el medio un 'Got a lot' fronterizo vía The Paladins), esquirlas de blues rock entre el blanco Chris Duarte y el afro Eric Gales ('Can't keep a good man down', 'The devil you know', o el título de su último álbum, 'A bluesman came to town'), y batidoras funk que remiten lo mismo a The Kinsey Report que a Little Jimmy King o Ana Popovic ('Hustle', la incorrecta 'Nasty habits'...), más algunas versiones, sin caer en el tópico más que en la de Ray Charles ('I got a woman' countryficada), pues las demás fueron de John Lee Hooker, Albert King, James Brown y Buddy Guy (que este sábado toca en Cognac, Francia, en su gira de despedida; es la plaza más cercana a Euskadi y comparte cartel con Chris Isaak).

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