Silvia Pérez Cruz, cantante
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Silvia Pérez Cruz, cantante
«En la música caben todos los sentimientos mientras que la palabra es limitada»No existen estadísticas acerca del fenómeno. Pero se puede asegurar que una de las frases más repetidas cuando se escucha una canción suya por primera vez es «qué bonito». No cabe duda de que Silvia Pérez Cruz (1983, Palafrugell) es una de las voces españoles ... más abrumadoras de los últimos tiempos, además de una compositora cargada de poesía y una gran productora. Con su último álbum actúa por primera vez en el Festival de Jazz de Vitoria en el que es también su debut en la capital vasca.
Presenta el sábado 8 de julio 'Toda la vida, un día' (40 euros), su trabajo más luminoso hasta el momento. Una apuesta atrevida y conceptual que divide en cinco movimientos que, a su vez, se identifican con colores y etapas (el primero, el amarillo, con la infancia; le sigue el azul, la juventud; verde, la madurez; negro, la vejez; y rojo, referido al renacer). Hasta 90 músicos participaron en la grabación. «En el escenario somos cuatro pero conseguimos pasar por todas esas etapas y por muchas emociones», avanza acerca de un directo en el que le acompañarán Carlos Monfort (violines, trompeta), Marta Roma (violonchelo, trompeta) y Bori Albero (contrabajo, teclados).
- El concepto del álbum juega con los colores. Pero, ¿cuál es tu preferido? ¿De dónde le viene esa sinestesia?
- Creo que mi color es el de la portada del disco. Este amarillo mostaza me representa desde hace muchos años y me da alegría. Me gustan mucho los colores porque estoy educada en ello. Mi madre tenía una escuela de arte y desde muy pequeña siempre hablábamos de los colores, de cómo se hacían, cómo se mezclaban. En sus clases si trabajaba el rojo pues pintábamos con cerezas, con fresas. He vivido el color de una manera muy intensa, con todas sus dimensiones.
- ¿Su madre era profesora de dibujo?
- Estudió Historia del Arte. Empezó a dar clases a jóvenes de 18 años y se dio cuenta que no sabían hablar de lo que sentían delante de una obra de arte. Entonces pensó que tenía que dar clases y trabajar esa mirada de los pequeñitos. Ella quería huir de las fichas, de la repetición, de los límites, y pasó a enseñar a niños de 2 a 5 años en una escuela. Yo estaba siempre por ahí ayudando. A veces me llevaba a tocar el saxo y les decía hoy pintaremos el sonido.
- De ahí surge lo de mezclar disciplinas...
- Sí, por eso mi naturalidad para unir las disciplinas. De trabajar con cine, teatro, poesía. En el disco se nota, por ejemplo, en las ilustraciones y en cómo se cuenta todo visualmente. También en el directo. Sin haber nada teatral, hay una especie de hilo conductor que hace que se entienda muy bien el gesto, los movimientos en el espacio, la poesía...
- Su padre era músico. Ha contado en alguna ocasión que lo solía ir a buscar a una taberna y lloraban cantando juntos.
- Mis padres se separaron cuando tenía yo seis años. La pasión de mi padre eran las habaneras. Trabajaba en una fábrica y en su tiempo libre componía y ensayaba con su grupo de habaneras. Tengo recuerdos desde pequeñísima. A los 12 años recuerdo que le pedí cantar 'Alfonsina y el mar' juntos en una taberna de Calella, adonde iba a buscarle . Era nuestra manera de conversar. Pero igual sucedía dos veces al año, no era algo que pasara mucho. Le comunicaba todo lo que no podía hablando. Se lo contaba cantando porque no lo veía mucho. Y a él se le caían las lágrimas. Creo que aprendí de esa manera a transmitir emociones cantando.
- Eso también puede ser un arma de doble filo, ¿no? Cuando fiamos tanto a la música y no somos capaces de verbalizar lo que sentimos.
- Bueno, con mi padre por lo menos había esa manera de conversación y fue una salvación. Lo veo más como positivo. Mi madre sí que me ha enseñado mucho a expresar las emociones, o sea a hablar las cosas. Lo que pasa es que con la música es que puedes expresar mucho más con la música, porque no todas las emociones son nombrables, no todas tienen palabras. Una palabra es un gran invento, pero es limitada. Y en cambio la música no es limitada.
- De eso va la canción 'Nombrar es imposible'.
- Caben todos los sentimientos en la música. Y a pesar de poder expresarme verbalmente, cuando alguien me escucha cantar pienso «mira, me conoce mucho más».
- En un momento en el que la escucha musical se limita cada vez más a singles, apuesta por un álbum con 21 temas.
- Soy consciente de que la mayoría escuchará los singles y por eso me he encargado de que cada canción tenga su propia vida en solitario. También confío en que haya gente que lo escuche todo, e intento transmitir que sí que se puede. En 'Toda la vida, un día' había mucho contenido, todo un discurso y quería quitarle un poco esa intelectualidad y ordenarlo como un cuento. Lo he hecho de una manera también como pensando en los niños y representando los movimientos por colores.
'Toda una vida'
- 'Toda la vida, un día' salió hace dos meses. ¿Cómo va la gira?
- Me está dando muchas alegrías. Así como la composición es muy de soledad, luego hay el juego del arreglo, la magia del estudio... Transformarlo en un directo, es otra materia. Es otra función y una no sabe lo que va a pasar. En los primeros conciertos iba entendiendo cómo jugaba el público, cómo respiraba. Te puedo decir que lo estoy gozando muchísimo.
- En el disco incluye un tema que no se enmarca en la estructura de los cinco movimientos. 'Salir distinto', muy influenciada por Enrique Morente. También su disco 'granada' estaba marcado de alguna manera por el artista granadino.
- Esa canción para mí es como un paso más. Es de la que más orgullosa estoy, quizá. Por su simplicidad y complejidad al mismo tiempo. Es una canción que le regalo de cumpleaños a Álex Sánchez, mi manager, y tiene varias fases. Él tuvo la suerte de conocer a Enrique Morente y me ha contado alguna anécdota que me ha hecho entender un poquito más a alguien que no conocí y que admiro mucho. Hay algo en esa persona que siempre me ha inspirado mucho de Enrique. Aparte de tener un saber popular muy profundo en el cante, tenía una valentía para seguir buscando con una inteligencia y una emoción que te desarma. Hay partes grabadas en un comedor, partes grabadas en un estudio, entonces, editar todo eso era difícil. Tengo una fiesta que dura ocho minutos, que hemos grabado en sitios distintos.
- En tu carrera se cuelan muchos versos de otros. En este trabajo recita a Idea Vilariño ('Sin') y a William Carlos Williams ('Aterrados'). ¿Siempre tiene a mano un poemario?
- Me gusta leer poesía, pero en este caso son poemas que me han enseñado. El segundo movimiento es donde aparecen los otros poetas. Me parece muy bello porque es el que identifico con la juventud y es muy simbólico. En el caso del poema de William Carlos Williams me lo brindó la coreógrafa Elena Córdoba.
- Protagonizó la película, 'Cerca de casa', un musical acerca de del drama de los desahucios. ¿No ha vuelto a trabajar en el cine?
- Trabajé también en 'La noche de 12 años', de Álvaro Brechner, aparecía en alguna escena y compuse varias canciones. Y en una película de animación, 'Josep', dirigida por el ilustrador francés Aurel. Además de la banda sonora, ponía voz a Frida Kahlo y salía mi cara dibujada por ahí. Con ganas de más. Tengo alguna propuesta teatral y de cine, más de banda sonora. En cine los tiempos son lentos, es un milagro. Pueden pasar tres años desde la propuesta cuando se inicia y cinco hasta que se termina.
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