Lo sencillo es complicado. A veces resulta más fácil sumar que simplificar. Pero lo verdaderamente complejo es sintetizar, sobre todo cuando se emplea un buen número de elementos aparentemente inconexos o incluso dispares y se logra un lenguaje propio. Y todo funciona como una voz ... propia. Aunque esa voz sea una trompeta o un fliscorno.
Publicidad
Así sucede con Yazz Ahmed, nacida en Bahréin pero parte de la escena contemporánea del jazz británico. Es capaz de unir tradiciones árabes con una mirada modal o procesar mediante electrónica sonidos que se transforman en ecos de contemporaneidad. Si a su instrumento sumamos los colores del vibráfono y la irrompible base del bajo eléctrico de 5 cuerdas y la batería, la propuesta es para disfrutar de algo diferente.
Ahmed y sus compañeros aportaron frescura y calidad musical, con rasgos arábigos y modales, así como una atmósfera moderna y con remimiscencias urbanas, tal vez por efecto de la electrónica. Pero bien utilizada, de manera que las especias no se coman al plato. Con una presencia más que notable –quizás un poco excesiva en la mezcla en las zonas más próximas al escenario– de los graves del bajo de David Manington y del bombo de Martin France, la formación estableció diálogos diferentes y fluidos.
Fueron muy diversos viajes a través de un territorio donde el vibráfono de Ralph Wyld y el metal de la jefa de filas. Entretanto, el calor iba haciendo de las suyas, en paralelo con la temperatura musical. Y la visión de un polideportivo con más llenos que huecos recordaba a un gigantesco grupo de mariposas, abanicos en movimiento mediante.
Publicidad
El set, que arrancó con material del álbum dedicado a grandes mujeres, 'Polyhymnia'. También quiso recordar la artista a todas esas vidas perdidas al cruzar el Meditarráneo, en 'A Shoal of Souls'. Una actuación que ha iniciado otro ciclo en Mendizorroza, con jazz para degustar a lo grande.
Y la segunda parte, con Snarky Puppy, no iba a ser menos. Había expectación por ver en directo a la formación de Michael League. Aunque se trataba de una banda muy distinta, compartió con su predecesora esa capacidad de construir algo de apariencia sencilla, con muchas fuentes y un gran flujo de ideas.
Publicidad
Los estadounidenses aportaron un sonido potente, una musicalidad colaborativa y una apabullante riada de inspiración cómplice, con matices hasta saborear el deleite de lo fuera de serie. Hora y media de estrenos, con dedicatorias a los trompetistas Clifford Brown o Roy Hargrove y hasta a un amigo riojano del líder. Humor, con comentarios como cambiar el ritmo a una pieza de inspiración flamenca para hacer «la alegría menos alegre de la historia». O explicar que 'Portal' era un candombé de Marcelo, el percusionista argentino. «No sabemos tocarlo, espero que ustedes tampoco. Hacemos nuestra versión», indicaba League.
Electricidad, funk y mucho ritmo se asomaron a un final con dejes del 'Higher Ground' de Wonder pero con el peso de los Red Hot Chili Peppers y muchas más especias. Tantas como detalles de cada uno de los nueve músicos en escena. Toda una velada para disfrutar como gourmets del jazz actual.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.