Una de las peores pesadillas para la organización de un festival es anunciar la presencia de un artista conocido mundialmente y que, en el momento marcado para que se inicie el espectáculo, con todo el público tomando asiento, esa figura no se encuentre siquiera en ... la ciudad. Ese mal trago se recuerda en el Festival de Jazz de Vitoria de 1982, con Iñaki Añua al mando de la organización. Las dos leyendas programadas eran el trompetista Dizzy Gillespie y el saxofonista Stan Getz, quienes llegaron por los pelos y salvaron la actuación. Fue una carrera casi contrarreloj en la que Gillespie aterrizó primero en un 'cuatro latas', y Getz lo hizo algo más tarde, en el descanso, porque, al parecer, el californiano se había entretenido más de la cuenta en Biarritz de camino a la capital alavesa.
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EL CORREO propone ahora un viaje algo más sosegado de cara a la 45 edición del Festival de Jazz de Vitoria, que se celebrará del 12 al 17 de julio y recuperará su esencia con la vuelta al pabellón de Mendizorroza y al Teatro Principal tras su mudanza al Iradier Arena por la pandemia. Se trata de un recorrido guiado por los músicos, y conocidos del certamen, Pablo Martín Caminero, Silvia San Miguel, Iñar Sastre y Moisés Sánchez, que repasan los atractivos de grandes y de artistas que lucen sus primeros destellos.
Entre esos maestros que apenas necesitan presentación se encuentra Arturo Sandoval, curiosamente, uno de los protegidos de Gillespie. De hecho, el trompetista cubano incluso le dedicó un libro, 'Dizzy Gillespie: The Man Who Changed My Life', en el que contaban cómo su carrera cambió drásticamente gracias a él y cómo se conocieron. Sandoval se ofreció como chófer en una visita de Gillespie a La Habana, lo que sería el inicio de una gran amistad. «Es un representante de la identidad hispana», apunta San Miguel, compositora vitoriana que se formó en Berklee College of Music de Boston y ha sido traductora para diferentes 'masterclass' que se han ofrecido en este festival.
Más allá de las figuras conocidas, «todos son grandísimos artistas», remarca el pianista Moisés Sánchez. «Me da mucha pena pero este año no podré asistir ya que esa semana se estrena en Madrid mi ballet sinfónico para la compañía de Antonio Najarro». Tampoco sabe si le cuadrarán las fechas, pero se anima a desgranar el programa, el vitoriano Martín Caminero, uno de los grandes contrabajistas del momento. «Es el festival con el que he crecido y al que agradezco haber visto a Miles Davis ni más ni menos». E Iñar Sastre, profesor de música moderna en el Conservatorio Jesús Guridi, observa en un primer vistazo «la gran nómina de pianistas: Glasper, Xavi Torres, Eliane Elias, Masecki... Es especialmente atractivo». A continuación, algunas recomendaciones.
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Entre las leyendas de la cita vitoriana se encuentra la gran pianista brasileña Eliane Elias. En Mendizorroza el festival empieza con ella y Giulia Valle Ensemble. «Todo el mundo se enamoraba de Eliane. Es una mujer maravillosa con un talento que lo revolucionó todo», cuenta Pablo Martín Caminero, quien coincidió hace tiempo con esta artista en una gira por Estados Unidos con otros músicos de la talla de Chano Domínguez. Junto a Elias viene el contrabajista Marc Johnson, acompañante de Bill Evans, «uno de los mejores de la historia». Elias colaboró en su último disco con Chick Corea ('Mirror mirror'). También con Chucho Valdés en una particular revisión de 'Corazón partío', de Alejandro Sanz, que suele llevar al directo últimamente.
La pareja polaca formada por el pianista Marcin Masecki y el batería bebe de tantas fuentes que es difícil delimitar su territorio. Folklore polaco y hasta ragtime entran en el repertorio. Para ubicar a los más cinéfilos, Masecki es el pianista que firma la banda sonora de 'Cold war', obra maestra de Pawlikowski. «Es un creador inconmensurable. Una pasada totalmente», resume Sánchez. A esa devoción por Masecki se suma San Miguel: «Es un gran pianista y es ecléctico en cuanto a estilos se refiere, consiguiendo con ello originalidad, dinamismo e intensidad en sus conciertos. Ambos están en la élite del jazz europeo».
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Pocas canciones hay tan estimulantes como 'Lingus', un subidón que recuerda a lo mejor del rock progresivo. En su gira, Snarky Puppy ha elegido Vitoria como una parada entre Madrid (Noches del Botánico) y Barcelona (GuitarBcn). La banda estadounidense que tiene como logo un perro con unos auriculares es la gran marca del jazz de los últimos años. Su fundador, el compositor Michael League, formó en 2014 una banda en la universidad. Desde entonces han ganado cuatro Grammys ,y en la actualidad, el colectivo cuenta con hasta 25 músicos que van rotando. «Traen aire fresco. Han marcado a toda la juventud que hoy en día está en academias o escuelas», señala Iñar Sastre. «Crean algo auténtico sin miedo. La etiqueta jazz es muy amplia y ellos lo entienden a la perfección».
El pianista Xavi Torres es uno de los grandes valores del jazz europeo. Y uno de esos artistas que parece no tener techo. «Es un portento. No es el jazz más comercial, pero tiene una sensibilidad y musicalidad fuera de lo común. Si tuviera que quedarme con un concierto sería el suyo», afirma Martín Caminero. A su juicio, será «un descubrimiento» para los que ahora no les suene el nombre. Coincide Sastre, que lo descubrió en el festival Womex (Oporto). Y Moisés Sánchez subraya que es el «gran futuro para nuestro país». En el Teatro Principal actuará el mismo día el saxofonista James Brandon Lewis, a quien sigue la pista San Miguel. De él destaca el «respeto a la tradición y orígenes del jazz, para luego generar con libertad su propio estilo».
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Si muchas veces lo primero en lo que pensamos es un local con escasa iluminación, las canciones de Robert Glasper remiten a escenas callejeras, a corros de raperos y misas góspel... y, a veces, a una extraña fusión de todo ello. El pianista es uno de los productores que mejor ha sabido leer las tendencias musicales de Estados Unidos: funk, soul, R&B... Incluso ha trabajado con Kendrick Lammar, la gran estrella del rap actual.
Su trilogía discográfica, 'Blackradio', es una lección magistral de temas de música negra. Silvia San Miguel destaca la «innovación que aporta al aunar las músicas que le han rodeado desde niño con todo el 'feeling' y gusto posibles, sobre todo, cuando esporádicamente interpreta baladas como 'So beautiful'». «Su actuación me marcó muchísimo», apunta Iñar Sastre -autor de discos como 'Ilusions'- al recordar su show en el festival Jazzaldia en 2018.
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El 16 de julio no será un día apto para puristas. Theon Cross, curioso e inquieto tuba, animará la velada. «De lo nuevo me ha parecido un 'puntazo' y tiene pinta de que va a ser muy divertido», dice Pablo Martín Caminero. Uno de sus temas más conocidos, 'We go again' (Vamos otra vez), sirve como invitación para disfrutar del festival.
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