Terri Lyne Carrington conoce a la perfección el esfuerzo que supone hacer aflorar la creatividad sin perder un 'beat' en su ritmo musical y vital. Es una de las grandes instrumentistas actuales del jazz a la batería, una herramienta con escasísima tradición femenina. Con las ... baquetas en las manos, su estilo compendia lo mejor de la tradición de un género que vive, muere y renace en el ritmo. Puede tocarlo todo; desde el clásicismo jazzero hasta la vanguardia mas hermética con sus distintas ramificaciones, sin evitar escapadas a otros géneros como el soul o el pop. Hoy debuta en el Festival de Jazz de Vitoria (Mendizorroza, 22.00), después del concierto del alavés Pablo Martín Caminero (20.30).
Publicidad
La versatilidad es el don de una mujer que, a sus 58 años, compendia más de un centenar de grabaciones desde que se estrenó en un estudio cuando apenas había cumplido los 16. Alterna su maestría a la batería con los oficios de compositora, arreglista, productora y docente. También mantiene desde hace años un pulso incansable por la igualdad de oportunidades en el jazz como promotora del Instituto de Jazz y Justicia de Género integrado en la prestigiosa Escuela de Música de Berklee. Defiende en su música cuestiones sociales como los derechos de la comunidad negra, las minorías o el colectivo LGTBIQ+ y es crítica las perversiones del negocio musical. Música y activismo, todo en uno y desde la cátedra que ocupa como una de las grandes especialistas en su instrumento en el jazz actual.
Grammy al mejor álbum de jazz vocal. Carrington se rodea de voces de primera como Cassandra Wilson, Dianne Reeves o Dee Dee Bridgewater, entre otras.
Brillante relectura del clásico grabado por Mingus, Ellington y Roach. Carrington suma su segundo Grammy como mejor instrumentista.
La herencia familiar tuvo un peso clave en el camino musical tomado por Carrington. Nacida en Malden, estado de Massachusetts, fue acunada por la sonoridad del jazz de inmediato. Su padre, Solomon 'Sonny' Carrington, era un acreditado saxo tenor con prestigio y contactos en la escena musical de Boston, mientras que su madre Judith contaba con estudios avanzados de piano clásico. Rodeada de música desde sus primeros días de vida, la elección de la batería también fue cuestión de seguir las pistas de su árbol genealógico.
A Terri Lyne Carrington la esperaban los bombos y los timbales que habían sido los aperos de trabajo de su abuelo Matt Carrington, fallecido tras bajarse de un escenario seis meses antes del nacimiento de su nieta. Con tan solo siete años, Terri se sentó un buen día a la batería de su abuelo, abandonada en un sótano del hogar familiar. Fue el momento en el que Solomon Carrington descubrió la capacidad innata de la pequeña para no perder el compás.
Publicidad
Fue el paso decisivo para el despegue de una carrera musical marcada por la precocidad. Ni que decir tiene que Sonny Carrintgon encontró a una acompañante perfecta para sus ensayos hogareños. También abrió a su hija las puertas de los locales de jazz por donde pasaban buena parte de los grandes maestros. La condición de niña prodigio se asoció bien pronto a Terri Lyne Carrington. Mientras otros chavales saltaban a la comba o intentaban aprender a montar en bicicleta sin ruedines, ella descifraba sin dificultad los complejos polirritmos del jazz o mantenía el pulso sin problemas en actuaciones improvisadas con genios como Dizzy Gillespie. A los diez años, firmó su primera actuación 'seria' en el Festival de Jazz de Wichita junto al trompetista Clark Terry. Con once, recibió una beca completa para estudiar en la Escuela de Música de Berklee. Para entonces, ya contaba con el permiso del Sindicato de Músicos de Boston para actuar.
Reivindicación social con sonidos eclécticos en los que el jazz, la electrónica y el rap se integran en una fusión refrescante.
Carrington da una patada a los cánones clásicos con una primera entrega de estándares jazzísticos compuestos por mujeres.
El desbordante talento de Terri Lyne Carrington permitió que los prodigios de la niñez dieran paso a una carrera musical sólida que le ha permitió recolectar hasta tres premios Grammy. Sus brillantes condiciones como instrumentista y el apoyo incondicional de su padre le protegieron en parte de los abusos y discriminaciones del mundillo musical hacia las mujeres. Hizo giras y colaboró con genios de la talla de Herbie Hancock, pero no fue hasta sus inicios como docente en Berklee cuando decide pasar a la acción para luchar conciencia de las desigualdades por razón de sexo en el negocio del jazz. Las confidencias de algunas de sus alumnas le llevan a promover el Instituto de Jazz y Justicia de Género en 2018. En su faceta como educadora, Carrington revisa el libreto básico de estándares que es materia de estudio para los futuros músicos de jazz y constata que apenas hay temas compuestos por mujeres. Su réplica es contundente; recopila 101 canciones con firma femenina para establecer un nuevo canon formativo. Once de estos temas conforman su última obra 'New Standards Vol.1'. Y está dispuesta a grabar el resto.
Accede todo un mes por solo 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.