Un final de película a tres baterías
Claves de jazz ·
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Claves de jazz ·
Daredevil era 'El Hombre sin Miedo', según la mitología de los héroes de Marvel. Protagonizó una película en la que el actual Batman, Ben Affleck, daba cuerpo al personaje. Según para quienes, con más pena o más gloria. Pero el término anglosajón también se aplica ... a quienes hacen audaces acrobacias en moto, más incluso que aquel Steve McQueen en 'La Gran Evasión'. Pero hay otros caballeros sin temor, los jazzistas que capitanea toda una señora de la música –que se autodefine como «muy peliculera»– y que se llama Lucía Martínez. La baterista, percusionista y compositora encabezó un concierto de cine, al que le sobraron algunos efectos especiales. Y es que en ocasiones el peso del DJ en la mezcla era excesivo, hasta el punto de pisar con ruido a sus compañeros y convertir al conjunto en un jaleo low-fi.
No obstante, la propuesta de la artista española brilló en una amplia colección de ritmos y ambientes, desde la rumba al swing, toques de reggae o groove encarnizado e incluso ecos de una procesión de Semana Santa. Atmósferas muy distintas y con un espíritu que hubiera encajado con el frikismo que abanderaban The Mothers of Invention.
Al margen de mi siempre vigente fanatismo por el señor Zappa y sus cosas, la sesión del teatro volvió a sonar con mayúsculas. Hubo homenajes cinéfilos por parte de Martínez, con piezas dedicadas a Marlene Dietrich y su leyenda o a Bruce Lee y sus aguas. También, a Sergio Leone, con el detalle de aquella armónica que tocaba el personaje de Charles Bronson en 'Hasta que llegó su hora', junto a una divina Claudia Cardinale y a un diabólico Henry Fonda. Un gran guiño del DJ.
Mucho más medida fue la electrónica en la banda de Anne Paceo, cuya batería se quedaba un tanto desvaída por la casi total ausencia del bombo en la mezcla que llegaba a las gradas. Composiciones contemporáneas, plenas de lirismo a veces y con profundidad sonora que, de nuevo, la falta de decibelios dejaba a media inmersión. Sonido actual, con un piano eléctrico muy bien empastado con lo electrónico, gusto en las baquetas o mazas e importantes aportaciones del saxofón. Y no hablemos de unas voces cálidas y plenas de intención expresiva.
Pero de poco sirve que se programe a una agrupación como esta si no se pueden aprovechar en toda su intensidad y dimensión los matices de su música. Por razones diversas ya expuestas, ambas bateristas –que se escapan del 'mainstream' con ideas y altura contemporánea– se merecen volver. El público también las merece.
Como colofón del programa doble, el respetable disfrutó con un impresionante cuarteto comandado por Antonio Sánchez. Estratosféricos y coltranianos, los saxos coronaron esa impresionante máquina de ritmos del mexicano, con un bajo de altura. «Promiscuidad musical», dijo el líder. Mucho arte en el ruedo. Pues jazz está.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.