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El Festival de Jazz de Vitoria despidió este domingo una de las ediciones con mayor éxito público de los últimos años. La panorámica de Mendizorroza los tres últimos días de celebración, con Trueno, Chucho Valdés y Tomatito y Michel Camilo mostraba el recinto con ... muy pocas butacas libres, prueba del tirón de los cabezas de cartel. Ayer, la actuación del rapero argentino dejaba una estampa curiosa. Se vieron más jóvenes que nunca (incluido padres con sus hijos menores de edad…) en la cancha del polideportivo que por momentos resultó ser una gran pista de baile. Las colas antes del concierto llegaron hasta el Paseo de Cervantes.
Fue el broche de oro a una edición de nota alta, valora la organización. «Ha sido un auténtico éxito y hemos disfrutado de una de las mejores ediciones», valoraba Iñigo Zárate, director del certamen. «Tanto en términos de participación como artísticos». Esa buena taquilla también garantiza la «subsistencia» de la asociación del certamen.
«Nos sentimos muy satisfechos de haber llegado a tantos tipos de público gracias a la variada programación», señaló acerca del «abanico»de propuestas. Leyendas vivas como Chucho Valdés, figuras brillantes e innovadoras como Myra Melford y grandes talentos cercanos como Martín Caminero. El tirón de Trueno era lo esperado, ya que es uno de los artistas de habla hispana más escuchados a nivel mundial. El fenómeno fan se vivió en el polideportivo desde horas antes, con largas colas a las puertas del pabellón, para ver a un artista que se ha entrado en el 'top' de las listas de radios comerciales con canciones como 'Real Gangsta Love' y cuenta con 28 millones de oyentes al mes en Spotify, más que Rosalía o su compatriota Duki en este momento. Más allá de algunos guiños jazz-funk de se su banda de acompañamiento, lo suyo es el rap.
En todo caso, no es la primera vez que un artista que no encaja de forma estricta en el nombre del festival se pasea triunfante. El primer músico que consiguió agotar todas las entradas en el certamen fue una leyenda del blues, Muddy Waters, en la quinta edición (1981). En el Teatro Principal, los seis conciertos dejaron una nota media alta.
Otro de los aspectos destacados en esta edición ha sido la buena acogida del amplio programa de actuaciones al aire libre en parques y locales de la ciudad. Hasta medio centenar de compromisos en los que se sacó a bailar a muchos vecinos. En particular con el grupo Sunset Rhythm King y los encuentros de baile swing en La Florida.
Uno de los cambios obligados de cara a los próximos dos años es el de emplazamiento de un programa que se venía llamando 'Jazz en el Teatro'. Durante los dos años y medio de reforma del Principal las dos siguientes ediciones se tendrán que llevar a cabo en otros escenarios con el Conservatorio Jesús Guridi y la sala María de Maeztu del Palacio Europa como opciones a la cabeza. Ese es uno de los retos a los que se enfrenta el festival decano de la capital alavesa.
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