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Zea Mays (Bilbao, 1997) actuaron al final de la tarde en el escenario 2, y su concierto fue emitido en directo en streaming y se podrá ver posteriormente en los diferentes canales del canal franco-alemán ARTE, que poseerá la licencia del evento durante cinco años. Tuvimos la suerte de verlo en vivo y Aiora Renteria (voz y teclados), Iñaki Imaz alias Piti (guitarra, que eligió una camiseta del Dimetal, el festival metalero de Dima), Rubén González (bajo, mirándole pensamos que parecía un personaje de la película 'Seven', y los cuatro juntos serían un grupo apto para ella) y Asier Basabe (batería y rapeado postrero) no podían fallar, y no lo hicieron, durante un de alcance mundial de 10 canciones en solo 51 minutos (sin contabilizar los dos minutos de intro sin ellos en escena).
Entrando inmediatamente en materia y yendo al grano, Zea Mays, sin apenas interrupciones (Aiora solo habló antes de la última canción para declararse encantada de actuar en tal entorno, y más siendo de Bilbao), con Aiora de lideresa total en el centro de los focos y con las composiciones sostenidas por los riffs de Piti (quien hizo algún alarde asomándose con la guitarra al borde del tablado y se notaba que conocía a gente de las primeras filas), dieron un bolazo sostenido en el metal y al que como válvula de escape abrieron algunas espitas melódicamente más poperas aunque siempre con ampulosidad de estadio.
Repasemos el repertorio como si estuviéramos viéndolo de nuevo por la tele. Abrieron con rock noventero pero del bueno, mediante un medio tiempo vibrante ('Adore'), y de seguido incidieron en los 90 resonando a los mejores Pearl Jam ('Haizearen Jainko beltza'). De stoner rock amenazador se puede calificar 'Ilara hilobi', y ahí pensamos que Zea Mays con semejante pegada podrían noquear a Liher o a los contundentes Cobra («zu zara nagusia», le jaleaba a Aiora una de la primera fila), y la introspección creciente de Ken Zazpi en 'Kuraia' derivó hacia un rock con chorro de voz controlado, no desatado, totalmente superior a bandas vascas como Kokein, por Zea Mays influidas.
Si lo ven por la tele, o ya lo han visto en streamin, tengan en cuenta que se pierden el volumen y la fisicidad del directo.Los bilbaínos siguieron con 'Kemena', un rock a lo Gatibu, por alegre, movedor y euskalduna, y cantaron una en castellano, el 'Corazón de tango' de Doctor Deseo, y aunque lo hicieron de modo sólido nos quedamos con la original en voz de Francis porque ya la tenemos somatizada.
'Kea' fue un rock danzón como todos construidos sobre la guitarra (con Aiora al tecladito, en plan lideresa, o más bien sacerdotisa con ese vestido negro que parecía una túnica), 'Ohiu' sirvió de medio tiempo tranquilizador para que ellos recuperaran resuello (con Aiora llegando de sobra a los tonos altos), 'Negua joan data' fue un pop de celebración comunitaria algo Doctor Deseo también, y la despedida con 'Kukutza III' una reivindicación del gaztetxe de Rekalde a modo de himno y contenedor del rapeado del baterista Asier Basabe.
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