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DANIEL FRANCO
Viernes, 12 de julio 2019, 01:05
Por estas fechas en Bilbao «nunca faltan australianos. Coinciden por Sanfermines y aprovechan para ir al BBK Live», afirma Patricia Nuño en el BBK Good Hostel de Bolueta, uno de los establecimientos preferidos por los festivaleros. Ese es el plan de Nicollatta Ryan, Matilda Harris ... y Kynan Brown, tres amigos que han dedicado el verano a viajar por Europa. «Comenzamos en Barcelona, estuvimos unos días visitando algunos pueblos y luego fuimos a Pamplona», cuentan. Sus pasiones musicales se dividen entre Brockhampton y The Strokes, pero ambas coincidirán esta noche en Kobetamendi. «No íbamos a dejar pasar la oportunidad de verlos, nos parece la mejor forma de despedirnos de España». Su siguiente parada es Amsterdam.
No todos vienen de tan lejos, pero el Bilbao BBK Live ha vendido entradas en más de cien países y el porcentaje de extranjeros se acerca ya al 40% para alegría de restaurantes y alojamientos de todo tipo. La ciudad estos días parece más grande, llena de acentos. Los británicos encabezan la lista, seguidos por franceses, italianos, estadounidenses, portugueses y alemanes. Y de Japón, como Kurako y Yukali, dos amigas de Tokio que, al estar de viaje por Europa, decidieron hacer una parada en Bilbao para ver a una de sus bandas favoritas -«¡The Strokes, obviamente!»- y conocer el Guggenheim.
Al apostar por artistas de distintas nacionalidades y con proyección internacional -como Idles, Yaeji, Jonathan Bree y Nils Frahm-, el festival se ha convertido en un lugar de peregrinaje tanto para el público como para los músicos. «Somos de la misma ciudad de la banda Slaves», cuenta Lilly Montague, oriunda de Royal Turnbridge Wells, Inglaterra, que ha viajado en compañía de sus padres, Graham y Amanda, para disfrutar de tres días de música. «Me enteré del festival a través de internet y me pareció una gran oportunidad para viajar juntos, ver a las bandas que nos encantan y conocer un poco de España», dice su padre.
Hay mucho que ver y Roel Van Dongen, holandés de 27 años, comenzó a organizar su itinerario el lunes por la tarde, nada más llegar a Bilbao en vuelo directo desde Amsterdam. Antes de subir a Kobetamendi, ya había estado en «San Sebastián y San Juan de Gaztelugatxe. ¡Soy un verdadero fan de 'Juego de tronos'! Siempre había querido conocer el País Vasco y me gusta mucho The Strokes. He aprovechado esta oportunidad para matar dos pájaros de un tiro». Se siente cómodo viajando solo. «Lo hago todo el tiempo. Así puedo ir a mi ritmo y, de alguna forma, me veo obligado a conocer gente nueva».
Tendrá muchas oportunidades en estos días. El ambiente festivalero se respira en toda la ciudad y se adueña de los hostels. En el Bcool de Bilbao La Vieja, los huéspedes empezaron a llegar el lunes y las reservas se han hecho hasta con ocho meses de antelación. Entre los previsores y los que aparecen a última hora, llegan al 100% de ocupación. El londinense James Mackintosh consiguió reunir a tres amigos para asistir al festival, «Íbamos a hacer un viaje de verano, solo que no sabíamos adónde ir. Me crucé con un cartel en línea del festival, y los llamé a todos para convencerlos. ¡Y aquí estamos! Luego iremos a San Sebastián».
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