Pearl Jam y Jeff Buckley son las mayores influencias reconocidas por RY X, alias de Ry Cuming, un presunto surfero australiano de 35 años al que por sus discos se le podría etiquetar como epígono también del más etéreo Sting, que aunque no hace surf ... es vegano. EY X actuó el jueves en el escenario San Miguel, el segundo en importancia del BBK Live, y se podía llegar fácilmente a las filas de delante, porque como dijo uno ya hay más festivales que gente. Y otro estuvo casi todo el rato quejándose del panorama: que si esta música no es para esta hora, que si mira a la gente que está con los brazos cruzados y sin beber, ¡y la gente bebe cuando está contenta! La gente en las primeras filas era sobre todo de fuera: ingleses, italianos...
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Y, en efecto, lo malo de su música es que es demasiado afectada, solemne y etérea para un festival veraniego a plena luz del sol. aunque el jueves a esa hora el cielo estuviera gris y no nos castigara el calor. El tío iba de majo, de simpático para con el público, que si muchas gracias, que si le encanta España, que si qué país tan bonito, pero no nos acabábamos de creerle porque no había permitido a la prensa sacarle fotos en ningún momento. ¿Como Bob Dylan? ¿Un surfero antipático no es un oxímoron? El caso es que RY X se diluyó en la tarde y no acabó de coger la ola buena durante su actuación en trío teclista de 8 temas en 48 minutos, todos los temas muy parecidos, hasta convertirse en una murga que daba pie a charlar a la parroquia.
En general a trío con tres teclistas y con RY X en el centro de la escena entre dos teclados, como si fuera Nacho Cano a menos gas (también tenía tres guitarras a mano, dos de ellas eléctricas), su intervención se fue desinflando entre momentos más que litúrgicos de misal, con el tipo cantando bajito y suavito (hay muchos trucos detrás de su micrófono), entonando letanías como las del Peter Gabriel étnico y solidario (en una canción logró dos veces que la gente elevara las manos), y apuntando a raves que nunca acabaron de dispararse, pues su mustia y desmayada propuesta, lastrada por una sencillez extrema, parece incapaz de flotar al aire libre en un espacio tan grande y con luz natural.
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