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Lo dejó claro nada más salir: «Hola, Bilbao. ¿Cómo estás? Me llamo Childish Gambino y esto es una fiesta». Y el público, tan entregado de antemano que había estado cantando hasta la música ambiental, se volvió muy loco desde el primer momento. Cabía la duda ... de hasta qué punto los asistentes al Bilbao BBK Live (que anunció a Weezer como primera confirmación para 2019) conocían la carrera de Gambino o lo habían descubierto con el deslumbramiento de 'This Is America', su bombazo de este año, el vídeo salvaje de los trescientos treinta millones de reproducciones y los trescientos treinta millones de análisis interpretativos.. Pero delante del escenario grande no quedaba mucha duda: había gente que se sabía hasta la última sílaba de sus letras y era capaz de reproducir su acelerado fraseo. También es verdad que muchos de esos eruditos eran un poquito anglosajones.
Bino (así hay que llamarlo si se quiere aparentar una gran intimidad con su obra) es un tipo al que le encanta confundir, desconcertar, huir de las expectativas depositadas sobre él, así que había mucha curiosidad por ver qué camino tomaba en su concierto del Bilbao BBK Live. Hablamos, al fin y al cabo, de un actor y guionista (Donald Glover) metido en el personaje de un cantante que al principio era rapero pero después se entregó decididamente a la música negra de los 70. Y nada más salir demostró que no jugaba a una sola carta: el primer tema, 'Me And Your Mama', es un extraño híbrido que arranca como música sexy de vieja radiofórmula y deriva en una chocante combinación de bases a lo Black Sabbath y voces a lo James Brown. Childish, con camisa abierta y torso desnudo, se desgañitaba como un predicador soul, enseñaba el hombro (y el público gritaba enfervorecido), se retorcía y dejaba claro que lo de decretar la fiesta no era un decir. El concierto transcurrió entre el rap, digamos, más puro ('The Worst Guys', por ejemplo) y la herencia setentera de Funkadelic o Sly & The Family Stone ('Riot' es ejemplar en ese sentido). No faltaron la sexy y pegadiza 'Sober' (ahí dijo que era uno de los paisajes más bonitos que había visto), ni la juguetona 'California', ni la veraniega y tropical 'Summertime Magic' (que había lanzado justo la víspera) ni ese rap de estribillo luminoso que es '3005'. Pero todos, eruditos y novatos, esperaban en el fondo lo mismo: 'This Is America', que llegó la última, a las once menos diez, y hasta sin vídeo se sigue sosteniendo como uno de los temas del año. Y, pese a su trasfondo oscuro, es capaz de desbordar cualquier fiesta.
My Bloody Valentine 21.50 horas en el escenario Heineken.
The xx 22.55 horas en el escenario Bilbao, el principal.
David Byrne 00.30 horas en el escenario Heineken.
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